Exposición en Fotografía: La Guía Definitiva

Admitámoslo.
El mundo se divide en dos categorías.
Los que saben exponer correctamente sus fotografías sin importar la escena a la que se enfrenten... y los que no.
Si perteneces a la primera categoría, ¡felicidades! Eres un genio y poco puedo hacer por ti.
Pero si eres como el resto de los mortales y quieres aprender cómo exponer fácilmente tus fotografías en infinidad de situaciones diferentes, ¡estás en el lugar adecuado!
Sigue leyendo.
No sólo aprenderás a exponer fotografías de retrato, Vía Láctea, rastros de estrellas, fauna salvaje, viajes, blanco y negro, paisaje, larga exposición, Luna, salidas y puestas de Sol, de calle, light painting, macro, eclipses, barridos...
También llegarás a dominar tu cámara de tal forma que podrás hacer realidad esas fotografías con las que sueñas, tanto desde el punto de vista de la historia que quieres contar como de la exposición.
Para lograrlo, te daré todo lo que necesitas.
Los conceptos básicos (la luz, el triángulo de exposición, la ley de reciprocidad, los modos de exposición, los modos de medición de la luz, y mucho más), herramientas como PhotoPills que te ayudarán con los cálculos de exposición, multitud de ejemplos prácticos, los errores típicos a evitar... E incluso las técnicas más avanzadas como la utilización de filtros y el horquillado.
¿Listo?
Bienvenido al maravilloso mundo de la exposición.
"La exposición no trata tanto de hacer girar mandos y apretar botones, como de dominar la luz y saber lo que quieres de una imagen." - Michael Freeman, Perfect exposure
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Contenido
Capítulo 1
- 15 respuestas rápidas a 15 preguntas sobre la exposición
- Todo empieza con la luz
- ¿Qué es la exposición?
- ¡Ojo! La exposición está al servicio de tus ideas (no al revés)
- Entendiendo el triángulo de exposición
- El concepto de paso de luz y sus aplicaciones prácticas
- La ley de reciprocidad y ejemplos de aplicación
- Qué es el valor de exposición (EV) y para qué sirve
- El rango dinámico de la escena frente al de tu cámara
Capítulo 2
- Comprueba la exposición, revisa el histograma
- Tus aliados (el exposímetro y el fotómetro de mano)
- Los modos de medición de la luz de tu cámara
- Los modos de exposición de tu cámara
- Cómo y cuándo compensar la exposición (±EV)
- Cómo y cuándo bloquear la exposición (AEL o AE-L)
- Ten cuidado con el exposímetro (lo ve todo en gris al 18%)
- Exponer buscando el derecheo del histograma (ETTR)
- Cómo exponer paso a paso
- Cómo exponer sin exposímetro: las reglas "Sunny f/16" y "Looney f/11"
- Cómo exponer con el sistema de zonas de Ansel Adams
- Cómo exponer un vídeo
Capítulo 3
- Captura con éxito imágenes de alto contraste con filtros
- Captura con éxito imágenes de alto contraste con un horquillado
- 30 ejemplos prácticos de exposición
- Los 12 errores que debes evitar al exponer
- 10 fotógrafos alucinantes para inspirarte y aprender a exponer
- Ha llegado tu momento...
Capítulo 1
1.15 respuestas rápidas a 15 preguntas sobre la exposición
Como ya hice en la guía sobre la profundidad de campo y antes de entrar de lleno en materia, déjame avanzarte de forma resumida las respuestas a las principales preguntas sobre la exposición.
¡Vamos allá!
¿Qué es la exposición? (1)
Es la cantidad de luz que llega a un material fotosensible (es decir la película o el sensor de tu cámara) para crear una imagen.
¿Por qué me debería interesar? (2)
El dominio de la exposición te dará el control creativo sobre lo que aparece iluminado y lo que no en tus imágenes, permitiéndote contar la historia cómo tú quieras.
¿Qué influye en la exposición? (3)
Tres parámetros influyen sobre la exposición: la apertura, la velocidad (o tiempo de exposición) y la sensibilidad (o ISO). Es lo que se llama el triángulo de exposición.
Dominando estos tres parámetros, dominarás la exposición.
¿Qué es la apertura? (4)
La apertura del diafragma (orificio por el que pasa la luz a través del objetivo) regula la cantidad de luz que pasa a través de tu objetivo hasta el sensor de la cámara.
A mayor apertura del diafragma más cantidad de luz recogerá el sensor.
Además de la exposición, la apertura que utilices también va a influir en la profundidad de campo. Por lo que deberás elegir su valor no sólo pensando en la exposición, sino también en la profundidad de campo que desees obtener en la foto.
¿Qué es la velocidad de obturación (o tiempo de exposición)? (5)
El obturador es una especie de cortina que se encuentra en tu cámara. Te permite dejar pasar luz hasta el sensor durante un determinado periodo de tiempo. Ese periodo de tiempo en que el obturador está abierto es la velocidad de obturación.
A más tiempo de exposición más cantidad de luz recogerá el sensor.
¿Qué es la sensibilidad (o ISO)? (6)
La sensibilidad (o ISO) es un parámetro que te permite indicar al sensor cuánto tiene que amplificar la señal que recibe. Cuanto más alto es el ISO, más se amplificará la señal y por lo tanto, más luz parecerá que ha captado el sensor. La foto será más brillante.
Por lo tanto, cuando lees en internet que "cuanto más alto es el ISO más luz captura el sensor", no se está refiriendo a la cantidad de luz que captura, sino a la amplificación de la señal de ésta. Por eso, cuando la señal se amplifica demasiado (ISOs altos), aparece ruido en la foto.
¿Dónde puedo encontrar una calculadora de exposición? (7)
Lo mejor es que le eches una ojeada a PhotoPills. No sólo incluye una calculadora de exposición supercompleta sino muchas herramientas más que te ayudarán a planificar tus fotos para estar siempre en el lugar adecuado, en el momento adecuado para capturar la escena que has imaginado. Se trata de convertir tus ideas en fotos reales :P
¿Qué es un paso de luz? (8)
Un paso de luz es una medida relativa de la cantidad de luz que llega al sensor. Imagina que llega una cantidad x de luz al sensor. Si al hacer la siguiente foto, llega una cantidad 2x de luz, quiere decir que has incrementado la exposición en 1 paso de luz. Al contrario, si llega la mitad de luz (x/2) la exposición de tu foto ha disminuido en 1 paso de luz.
Al variar los parámetros del triángulo de exposición, variará la luz que llega al sensor en un número determinado (o fracciones) de pasos de luz.
¿Qué es el valor de exposición (EV)? (9)
El valor de exposición (exposure value o EV en inglés) es una combinación de diafragma (el número f), velocidad de obturación e ISO. Indica una determinada cantidad de luz que llega al sensor.
¿Qué es el rango dinámico? (10)
El rango dinámico (dynamic range en inglés) se mide en pasos o en valores de exposición (EV). Establece la relación de intensidad de luz que existe entre las sombras más oscuras y las luces más altas.
Por tanto, una cámara con un gran rango dinámico es capaz de registrar simultáneamente (en la misma imagen) el detalle en zonas de la escena muy oscuras y en otras más iluminadas.
¿Qué es el histograma y para qué sirve? (11)
El histograma es un gráfico estadístico. Es muy útil porque te da información sobre el rango de tonos o niveles de luminosidad (cuán oscuro o claro es un color) presentes en tu imagen.
Con la ayuda del histograma podrás saber si la foto está "correctamente" expuesta o no.
¿Qué es la compensación de exposición (±EV)? (12)
Es un control, medido en pasos o valores de exposición (EV), que aclara u oscurece la fotografía dependiendo de si lo haces positiva o negativamente. Si usas valores positivos aclaras la imagen (la sobreexpones). A la inversa, si usas valores negativos la oscureces (la subexpones).
¿Cuál es la exposición correcta de una imagen? (13)
¡Depende! Establecer una exposición "correcta" es algo totalmente subjetivo. Puede que una fotografía tenga una exposición correcta para ti y no lo sea para otro fotógrafo. Lo importante es que consideres una exposición como correcta si consigues el efecto que deseas transmitir o el resultado que tienes en mente.
¿Qué es la profundidad de campo (PdC)? (14)
La profundidad de campo (PdC) es la distancia entre el elemento más cercano y lejano de una escena que aparecen "aceptablemente enfocados" en la imagen. Si quieres leer más al respecto, échale un vistazo a la guía definitiva sobre la profundidad de campo.
¿Qué es la fotografía de larga exposición? (15)
Es una técnica que consiste en dejar abierto el obturador durante un periodo de tiempo relativamente largo. Con ello obtienes sorprendentes resultados como estelas de luces de coches, personas fantasmagóricas o una foto de la costa consiguiendo el efecto seda en el agua.
En la sección 22 descubrirás cómo hacer fotografías de larga exposición con la ayuda de filtros. También aprenderás a utilizar la calculadora de exposición de PhotoPills para determinar el tiempo de exposición que necesitas al utilizar un filtro.
Pero no corramos, empecemos por el principio...
2.Todo empieza con la luz

La luz es el alma de la fotografía. Sin luz no hay foto.
De modo que si quieres hacer fotografías verdaderamente legendarias, debes dominar la luz (natural y artificial).
Sin el adecuado conocimiento de la luz, no puedes exponer correctamente, ni crear el efecto deseado y, por tanto, tampoco eres capaz de hacer esa foto que tanto buscas.
En definitiva, aprender las cualidades de la luz (intensidad, dirección, calidad y color), así como la diferencia entre luz incidente y reflejada, te proporciona una sólida base para poder coger tu equipo, exponer y sacar el mayor provecho posible de las diferentes escenas a las que te enfrentes.
¡A por ello!
Qué es la luz
Pidiendo perdón a todos los físicos de la sala e intentando simplificar al máximo, me atrevo a decir que la luz es la parte visible de la radiación electromagnética que genera una determinada fuente de energía (el Sol, una linterna, una bombilla de LED, un flash, un fuego, etc.).
La forman unas partículas elementales denominadas fotones.
Y qué es un fotón
Pues está claro, ¿no?
Una foto que te deja con la boca abierta. XD
Es broma.
Un fotón es una partícula desprovista de masa que porta todas las formas de radiación electromagnética, incluyendo los rayos gamma, los rayos X, la luz ultravioleta, la luz visible, la luz infrarroja, las microondas e incluso las ondas de radio.
Pero para que nos entendamos un fotón es una partícula diminuta. El conjunto de muchísimas de ellas conforman la luz.
Dicho esto, dejemos la física a un lado y vayamos a lo que realmente nos interesa.
Veamos cuales son las cualidades de la luz y cómo te afectan cuando haces fotos.
Las cualidades de la luz
Como te decía al principio de esta sección, la luz es el alma de la fotografía, la materia prima, el ingrediente esencial. Sin ella no sería posible hacer fotos. Es indispensable.
Esto significa que dependiendo de cómo la utilices, obtienes un resultado u otro, expresando de diferentes maneras lo que viste o sucedió.
Por eso, es fundamental que conozcas sus cualidades para poder entenderla y manejarla como quieras.
Y no me refiero sólo a la luz natural sino también a cualquier tipo de luz artificial.
Las cuatro cualidades de la luz son:
- Intensidad: alta o baja.
- Dirección: frontal, lateral, trasera, cenital o nadir.
- Calidad: dura o suave.
- Color: cálida o fría.
La intensidad de la luz
La intensidad es la cantidad de luz que incide (o cae) sobre un sujeto. Determina en qué medida el sujeto está iluminado.
Si la luz es muy intensa, ilumina mucho al sujeto y las sombras aparecen muy marcadas (muy oscuras).

En cambio, si es poco intensa (o tenue), el sujeto aparece más oscuro, menos iluminado, pero las sombras aparecen menos oscuras, menos duras.

Dependiendo de la intensidad de luz que hay en la escena y de la(s) zona(s) que quieres resaltar, debes configurar los ajustes de tu cámara de una forma u otra al exponer tus fotografías para dejar pasar la cantidad de luz que quieras hasta el sensor.
Así que el saber medir correctamente la intensidad (o cantidad) de la luz que hay en la escena juega un papel fundamental a la hora de calcular la exposición. Sobre todo para conseguir esa exposición "correcta" que quieres en tus fotos.
¿Y cómo se mide la luz?
Se mide con un fotómetro. Ya sea interno (dentro de la cámara) o externo.

En la sección 18 te explicaré con todo lujo de detalles cómo y dónde medir la luz con tu cámara al exponer tus fotografías.
¿Se puede controlar la intensidad de luz?
Sí.
Como fotógrafo, en muchas ocasiones puedes influir en la intensidad de luz que quieres que haya en la escena que vas a fotografiar.
Por ejemplo, cuando fotografías en exteriores, eligiendo el momento del día en que la luz sea menos intensa (hora dorada, hora azul y crepúsculos) o más intensa (resto de horas del día).

O, tanto en exterior como en estudio, utilizando diferentes técnicas y aparatos de iluminación o reductores de luz.
Por ejemplo, el flash, la linterna y los paneles LED son elementos activos que producen luz por sí solos y se utilizan para añadir luminosidad a la escena. Además, los elementos pasivos (difusores, filtros, reflectores) alteran la iluminación aunque no son productores de luz.

La dirección de la luz
La dirección de la luz determina muchos de los efectos que capturarás con la cámara (volumen, texturas, siluetas, etc.).
Por lo tanto, tienes que trabajar con la luz natural y/o con la luz artificial (esquemas de luz) para conseguir el efecto deseado en la foto.
Recuerda que la dirección de la luz es el ángulo con el que incide sobre el sujeto.
Por regla general, al exponer la fotografía, las preguntas que debes hacerte son:
- ¿Cómo incide la luz en el sujeto desde la posición en la que estoy (es decir, desde tu cámara)?
- ¿Cómo quiero que incida en el sujeto (o escena) según el tipo de foto que busco?
La luz puede tener varios tipos de dirección:
- Frontal.
- Lateral.
- Contraluz.
- Zenital.
- Contracenital o nadir.
Luz frontal
Está situada delante del sujeto por lo que le da de frente. Ilumina todas las superficies visibles del sujeto. Resalta el color pero elimina sombras, restando volumen y textura.

Luz lateral
Incide en ángulo sobre el sujeto con respecto a la dirección de disparo. Gracias a esta luz el espectador tiene sensación de volumen y aumenta la textura del sujeto.
Por ejemplo, en fotografía nocturna, al fotografiar la Vía Láctea o los rastros de estrellas, puedes aprovechar la luz lateral que proporciona una Luna baja (cuando tiene poca elevación) para capturar volumen y textura en el primer plano.

Contraluz
Proviene de detrás del sujeto. Ayuda a destacar la silueta del sujeto, pero resta información de otros elementos como el color o la textura. El contraluz te permite hacer retratos espectaculares con sujetos perfectamente perfilados, de paisaje e incluso de espectaculares siluetas de Luna Llena.

Luz cenital
Proviene de un único punto de luz situado verticalmente encima del sujeto. Cuando se aplica de forma controlada en estudio, se pueden crear fotos llenas de misterio.

Luz contracenital o nadir
Proviene de abajo. Se da pocas veces en condiciones naturales, aunque un buen ejemplo son los reflejos de nieve y del agua. También la puedes utilizar para realizar retratos arriesgados, como por ejemplo el que tienes aquí abajo.
En él se ve a Rafael (el Bardo) haciendo de tipo duro en plan Matrix:
"Esta es tu última oportunidad. Después, ya no podrás echarte atrás. Si tomas la pastilla azul, fin de la historia, despertarás en tu cama y creerás lo que quieras creerte. Si tomas PhotoPills, te quedarás en el País de las Maravillas y te enseñaremos hasta dónde llega la madriguera de conejos. Recuerda, lo único que te ofrecemos son fotos legendarias y piel de gallina. Nada más."

Además de la dirección de la luz, hay otros dos factores que debes de tener en cuenta al hacer la fotografía:
- La dirección de la luz casi nunca proviene exactamente de un lado u otro, sino que la mayoría de las veces es una combinación de varias direcciones.
- La iluminación de un objeto no suele provenir de una única fuente de luz. Lo habitual es que se combinen varias. Dependiendo de la intensidad (es decir de la ponderación) de cada una de ellas, la escena será diferente. Aquella que tenga más intensidad será, lógicamente, la luz principal.
La calidad de la luz
La calidad describe la distribución de las luces y las sombras en tu escena. Es decir, la transición que se produzca entre ambas.
Cuando hablo de calidad de la luz, no me refiero a si es buena o mala sino a si es dura o suave.
Dura
Procede de una fuente muy concreta y produce una transición de luces a sombras pronunciada y repentina. Las sombras aparecen muy oscuras y contrastadas con bordes muy bien definidos.

Por ejemplo, la luz que produce el flash o el Sol durante el mediodía (en la mayor parte del mundo) es una luz dura. No hay apenas transición entre luces y sombras. En este caso, se dice que hay mucho contraste.

La luz dura te da una sensación de agresividad y fuerza.
La puedes utilizar, por ejemplo, para crear escenas de alto contraste con retratos o bodegones, separando fuertemente el contraste de la escena.
Las escenas de alto contraste son todo un reto para el fotógrafo. En la sección 22 te enseñaré cómo capturar escenas de alto contraste con filtros. Y en la sección 23, te voy a explicar cómo hacerlo con la técnica del horquillado.
Suave
Al contrario que la luz dura, la luz suave provoca una transición progresiva entre luces y sombras. Es una luz muy difuminada y tiene como efecto el desdibujar los contornos de las sombras. Suaviza las imágenes, eliminando contrastes y texturas.
La luz suave te ayuda a transmitir sensaciones de ternura, melancolía...

Según la calidad de luz a la que te enfrentas puedes hacer unas fotos u otras. También puedes ser lo suficientemente hábil como para usar algún instrumento para modificar su calidad.
Por ejemplo, para suavizar una luz dura utiliza un difusor o un reflector. Y para añadir una luz dura, usa un flash o una linterna.
Si hablamos de luz natural, aprovecha los momentos de luz suave que se producen durante el día: la hora dorada y la hora azul.
Ya sabes, si no puedes vencer al enemigo, ¡únete a él!
En internet encontrarás muchas páginas web que te informarán sobre cuándo suceden estas horas para un día determinado.
Pero si eres uno de los nuestros (tienes la aplicación de PhotoPills), dispones de toda la información sobre la hora dorada, la hora azul y los crepúsculos, para cualquier fecha y parte del mundo, tanto en la herramienta Sol como en el Planificador.


Finalmente, hay dos factores más a tener en cuenta:
- El tamaño de la fuente de luz con respecto al sujeto iluminado es determinante a la hora de saber qué tipo de luz tienes. Así, una misma fuente de luz produce luz dura en un objeto cuando el sujeto es más grande que ésta. A la inversa, produce luz suave cuando el sujeto es más pequeño.
- Del mismo modo, para un determinado tamaño, la distancia a la que se encuentra la fuente de luz del sujeto determina la calidad de la luz. Te pongo un ejemplo. El Sol es una fuente de luz enorme. Sin embargo, al estar muy lejos de tu sujeto, se convierte en un punto y produce sombras duras.
El color de la luz
"La luz es color." - J. M. W. Turner

Cuando la luz incide sobre un cuerpo, hay una parte que se refleja, otra que se transmite a través de él y otra es absorbida.
Pues bien, tú sólo ves color cuando la luz reflejada llega a tus ojos. Y es que mientras la luz no interactúa con la materia y llega a tus ojos no la ves, no ves color.
Piensa en el espacio profundo, lo ves totalmente oscuro. Sin embargo, está lleno de luz.
Antes de hacer una foto, si observas la escena con atención, te darás cuenta de que la luz puede tender hacia dos extremos (o dominancias):
- Los colores cálidos (amarillo, naranja, rojo).
- Los colores fríos (morado, azul, verde).


En realidad, la manera en que se muestran los colores de la escena en una fotografía depende de ti y de tu visión artística. Y no siempre querrás que los colores en la imagen final sean los mismos que los de la escena. A veces te puede interesar modificarlos.
Cuando vivíamos en la época de los negativos y las diapositivas o cuando hacías fotos en blanco y negro y querías modificar el color de la luz, no te quedaba otro remedio que recurrir a los filtros de colores.
Hoy en día, todo ha cambiado.
Aunque soy un enamorado de la fotografía analógica, debo admitir que en el mundo digital, a parte de los filtros de colores, disponemos de otra herramienta muy poderosa: el (mal llamado) balance de blancos.
"¿Has dicho balance de blancos Toni?"
Ya sé que la palabreja no suena muy bien. Es una mala traducción de white balance en inglés. Para ser exactos, el término en inglés balance significa "equilibrio" por lo que la traducción correcta sería "equilibrio de blancos".
En mi opinión, el balance de blancos es la herramienta que tenemos los fotógrafos para mostrar nuestro lado artístico en cuanto a los colores que aparecen en nuestras fotos.
No me voy a extender demasiado en este concepto, pero sí me gustaría que te quedaras con la idea de que puedes ajustar el balance de blancos directamente en la cámara o posteriormente, con los programas de edición.
Esta herramienta te permite añadir una dominante cálida o fría a tus fotos.
Luz incidente frente a luz reflejada
Es importante conocer la diferencia entre luz incidente y reflejada, sobre todo cuando haces fotos en un estudio. Te ayuda a entender dónde debes medir la luz para realizar el cálculo de la exposición.
¡No me digas que nunca has medido la luz en el sitio equivocado! Es un error típico de novato... :P
Por un lado, la luz incidente es la luz que recibe el sujeto que vas a fotografiar. Puedes medirla con un exposímetro o fotómetro de mano situándolo junto al sujeto y orientándolo hacia la cámara.
El fotómetro te da valores de exposición exactos al no estar condicionado por la reflectancia de los objetos fotografiados (la cantidad de luz que reflejan).
La medición de la luz incidente se utiliza habitualmente en la fotografía de estudio, en la que se requiere gran precisión y puedes acercarte al sujeto.
Por otro lado, la luz reflejada es la luz que refleja el sujeto que vas a fotografiar. La puedes medir con el exposímetro integrado en la cámara o con un exposímetro de mano situado junto a la cámara y orientado hacia el sujeto. A veces te da resultados algo imprecisos que pueden requerir un esfuerzo de interpretación.
Lo más habitual es que cuando expongas tus fotografías midas la luz reflejada utilizando el exposímetro que tu cámara lleva integrado. Además, es la única forma de determinar el valor de exposición cuando no puedes acercarte al sujeto que vas a fotografiar.
En la sección 12 voy a detallarte los diferentes métodos de medición que puedes utilizar para medir la luz reflejada con tu cámara y cuando utilizar cada uno de ellos.

¡Genial!
Ahora que ya tienes las nociones básicas de lo que es la luz y cuáles son sus cualidades, vamos a entrar de lleno en materia.
Veamos qué es la exposición, el viaje que realiza la luz hasta llegar al sensor y qué parámetros de tu equipo fotográfico puedes utilizar para realizar la exposición "correcta" (o deseada).
Ya no hay vuelta atrás.
¡Agárrate fuerte que vienen curvas!
3.¿Qué es la exposición?
La exposición es una cantidad de luz.
Es la cantidad de luz que llega a un material fotosensible (la película o el sensor de tu cámara) para crear una imagen.

"Genial Toni, la exposición es una cantidad de luz. Pero ¿cuánta luz me hace falta para exponer correctamente una foto?"
Eso, amigo mío, depende de la escena a la que te enfrentes y del resultado que quieras obtener.
Depende de si quieres capturar más o menos detalle en los tonos oscuros o en los claros. En definitiva, depende de la historia que quieras contar.
Ahí reside el arte de la fotografía. Debes ejercer el control adecuado sobre la luz que llega al sensor (o película) para obtener la imagen que deseas.
En otras palabras, tu foto variará en función de la cantidad de luz que dejes que llegue al sensor, o sea, variará dependiendo de cómo expongas la foto.
Nota: Para no tener que repetir siempre lo mismo, vamos a dar por sentado que tienes una cámara digital, así que hablaré siempre del sensor. Si usas una cámara analógica, la explicación sería la misma, sólo tienes que sustituir "sensor" por "película".
Cómo afecta la exposición a tus fotos
La exposición (la cantidad de luz que has dejado que llegue al sensor) determina cómo de clara o oscura queda tu foto. Dicho de otro modo, cuanta más luz llega más clara es tu imagen. Y al revés, cuanta menos luz, más oscura.

Si llega más luz, puedes capturar más detalle en los tonos oscuros aunque es posible que pierdas detalle en los claros, y viceversa.
Tu meta es obtener en la foto el nivel de claridad/oscuridad que deseas. Aquel que te permita enseñar en la imagen la escena como tú la ves o quieres transmitirla. Y, para ello, debes decidir la cantidad de luz que quieres que llegue al sensor.
"Entonces, ¿cómo controlo la cantidad de luz que llega al sensor?"
Para entenderlo bien y que no se te olvide jamás, primero debes visualizar el viaje que realiza la luz para llegar al sensor.
Este viaje te acabará llevando al famoso triángulo de exposición del que te hablaré largo y tendido en la sección 5.
Los elementos que componen el triángulo de exposición (apertura, velocidad de obturación y sensibilidad) te permiten controlar la cantidad de luz que llega el sensor de tu cámara y, por lo tanto, la exposición.
Cómo controlar la exposición: conceptos previos
Durante el recorrido que sigue desde su origen hasta llegar al sensor de tu cámara, la luz atraviesa una serie de elementos. Estos elementos son el objetivo y el obturador, y te permiten controlar la cantidad de luz que llega al sensor.

El objetivo
La luz llega primero al objetivo de tu cámara. Eso es así siempre y cuando no uses uno o más filtros delante del objetivo. En caso de utilizar filtros, éstos son el primer elemento que puedes utilizar para reducir la cantidad de luz que llega al sensor.
Hablaré de los filtros y sus utilidades en la sección 22. Por ahora, y para simplificar las cosas, voy a suponer que no usas filtros.
Pues bien, una vez dentro del objetivo, el haz de luz pasa por el diafragma. Éste deja pasar más o menos luz dependiendo de la apertura que tengas seleccionada.


Así que la apertura es el primer elemento del triángulo de exposición que tienes a tu disposición para ajustar la exposición.
Como es lógico, a más apertura de diafragma, más cantidad de luz llega al sensor y viceversa. Si quieres dejar pasar menos luz, utiliza aperturas menores. En otras palabras, cierra el diafragma.
Una vez atravesado el diafragma, el haz de luz llega al obturador. Aquí se encuentra el segundo elemento del triángulo de exposición: el tiempo de exposición o velocidad de obturación.
El obturador

El obturador es una especie de cortina que permite la llegada de luz al sensor (cuando está abierto) o lo impide (cuando está cerrado).
El tiempo durante el cual el obturador está abierto se denomina velocidad de obturación o tiempo de exposición.
Voy a utilizar ambos términos indistintamente durante el artículo. Ten en cuenta que a mayor velocidad de obturación, menor tiempo de exposición. Y al revés, a menor velocidad de obturación, mayor tiempo de exposición.

Durante el tiempo de exposición, el haz de luz impacta sobre el sensor de tu cámara. Por lo tanto, al fijar su valor, estás influyendo sobre la exposición.
Cuanto menor sea la velocidad de obturación, más luz llega al sensor y viceversa.
El sensor

El sensor es el lugar donde se forma la imagen en la cámara. Está compuesto por fotositos o semiconductores sensibles a la luz.
Cuando los fotones del haz de luz impactan sobre los fotositos, son captados y procesados, generándose la imagen digital de la escena que la cámara ve.
El sensor tiene la capacidad de amplificar digitalmente la señal captada dando la sensación de captar más luz. Dependiendo de la sensibilidad (ISO) seleccionada, el sensor amplificará más o menos la señal. El dominar la sensibilidad del sensor es un factor clave para exponer correctamente tus fotos.
En una cámara analógica es la película la que tiene una determinada sensibilidad. En este caso, cuando el haz de luz impacta sobre la película, la imagen queda impresa en ella. Posteriormente, la película se revela mediante una serie de procesos químicos.
No te preocupes si hay algunos conceptos que no acabas de entender. En la sección 5 te explicaré de forma clara y sencilla qué son la apertura (diafragma), velocidad de obturación (obturador) y el ISO (sensibilidad), para qué sirven y cómo puedes controlarlos.
Pero, por el momento, me interesa que te quedes con la idea de que estos parámetros te permiten controlar la exposición y los efectos creativos que veremos en la sección 4.
Ahora, antes de entrar en los detalles, profundicemos un poquito más en el concepto de triángulo de exposición.
Introducción al triángulo de exposición
Cuando te he explicado el recorrido que sigue la luz por la cámara, he mencionado tres parámetros clave: la apertura del diafragma, la velocidad de obturación y la sensibilidad (que generalmente se conoce como ISO).
Conjuntamente forman el conocido <strong>triángulo de exposición</strong>.
Una vez que domines el triángulo, dominarás tu cámara (¡e incluso el mundo si te lo propones!).
No sé si lo recordarás, pero también mencioné un cuarto elemento que te va a ayudar a controlar la luz: el uso de filtros.
Pero eso es un elemento adicional que no usan todos los fotógrafos y que se utiliza sólo en determinadas situaciones. De modo que te explicaré cómo y cuándo sacar partido a los filtros en la sección 22.
Volviendo al triángulo de exposición...
Según qué decisiones tomes a la hora de configurar la apertura, la velocidad de obturación y el ISO conseguirás una exposición u otra. Es decir, una fotografía u otra.
La apertura y la velocidad afectan directamente a la cantidad de luz que llega al sensor:
- Si cierras la apertura, reduces el tamaño del agujero (el diafragma) por el que entra la luz en el objetivo, por lo que la cantidad de luz que llega al sensor es menor.
- Si abres la apertura, llega más luz al sensor.
- Si la velocidad es más rápida (reduces el tiempo de exposición), la cantidad de luz que llega al sensor es menor.
- Si la velocidad es más lenta (aumentas el tiempo de exposición), llega más luz al sensor.
Al mismo tiempo, cuanto mayor es el valor del ISO, más sensible es el sensor a la luz. Es decir, más capacidad tiene el sensor de captar esa luz. Y al revés, cuanto menor es el ISO, menos capacidad tiene el sensor de captar la luz.
En definitiva, la apertura, la velocidad y el ISO te dan el control total sobre la cantidad de luz que captura el sensor. O lo que es lo mismo, el control total sobre la exposición de tus fotografías.
"Muy bien Toni, ya entiendo más o menos cómo controlar la cantidad de luz capturada por el sensor. Pero... ¿Qué cantidad es la correcta?, ¿cuál es la exposición correcta?"
La exposición "correcta"
¿Cuál es la exposición correcta?
Pues... Depende.
Definir una exposición como "la correcta" es algo totalmente subjetivo.
Para un fotógrafo puede que una fotografía tenga una exposición correcta y para otro no. Todo depende de si consigues o no el efecto que deseas transmitir, o el resultado que tienes en mente.
Si lo consigues, entonces tienes la foto que quieres y la exposición es perfecta para ti.
"Ya Toni, pero seguro que hay un consenso sobre lo que se podría considerar una exposición correcta"
Tienes razón.
Una manera de definir la exposición correcta de forma más técnica, aunque no siempre es aplicable, es decir que:
La exposición correcta es aquella que no pierde información ni en las sombras ni en las altas luces.
En otras palabras, es la exposición que aprovecha toda la capacidad del sensor de la cámara para captar la máxima información posible de la escena, consiguiendo capturar detalle tanto en las sombras como en las luces.

Pero conseguir esa exposición "correcta" no siempre es posible. Desgraciadamente, el sensor de tu cámara no es capaz de captar los mismos niveles de brillo que tus ojos.
Y aquí es donde reside la dificultad.
A veces, te enfrentarás a situaciones en las que no podrás (o no querrás) capturar toda la información de la escena y deberás decidir qué hacer:
- Perder información en la sombras (habrá zonas que te quedarán negras).
- Perder información en las luces (tendrás zonas que quedarán blancas).
- Utilizar otras técnicas para que el sensor sea capaz de captar toda la información real, como por ejemplo el uso de filtros (sección 22), la fusión de varias tomas (sección 23) o añadir luz a la escena (artificial, la Luna,...).

Ante este tipo de situaciones, no te queda más remedio que mojarte y decidir lo que quieres capturar en la imagen.
Si optas por perder información (detalle) en el lado de las sombras o negros, obtendrás una fotografía subexpuesta. En cambio, si decides perder información en la parte de las altas luces o blancos, conseguirás una fotografía sobreexpuesta.
A veces querrás utilizar a tu favor uno de estos dos efectos. Por ejemplo, para realizar lo que se denomina una clave baja o una clave alta.
En la siguiente fotografía decidí realizar una clave alta, sobreexponiendo gran parte de ella, para que los músicos se integraran perfectamente en el ambiente. Así conseguí centrar la atención en las partes más importantes de la escena, los rostros y los instrumentos.

Si en la fotografía anterior sobreexpuse para centrar la atención en los sujetos, en la siguiente decidí subexponer (utilizar una clave baja) para resaltar la belleza en los ojos y el rostro de la modelo.

La fotografía es imaginación... Y, a veces, una escena que parece imposible de fotografiar se convierte en toda una historia.
Un ejemplo claro son las espectaculares siluetas que puedes capturar subexponiendo totalmente el primer plano.

Soy un enamorado de la Luna y su poder para contar historias. Tú también puedes hacerlo. Estudia nuestro artículo "Cómo crear vídeos de siluetas de Luna paso a paso" y pruébalo. Pero te advierto: fotografiar siluetas de Luna es tremendamente adictivo.
Otro ejemplo (y todo un reto) es el contraluz. Dominando el triángulo de exposición puedes capturar bonitos contraluces sin perder demasiada información.

La exposición "incorrecta"
¡Lo que sí existe es la exposición incorrecta!
Para mí, una exposición incorrecta es la que obtienes cuando, en unas determinadas condiciones de luz, no consigues hacer la fotografía con la exposición que deseas.
Es decir, la imagen final te queda mucho más oscura o mucho más clara con respecto a tu idea original. No obtienes la foto que quieres.

Esto puede suceder por varios motivos y mi meta con este artículo es ayudarte a superarlos:
- Limitaciones del equipo (cámara, objetivo, etc.): Cuando las limitaciones de tu equipo no te permiten llegar al resultado que quieres.
- Falta de control del triángulo de exposición: Apertura, velocidad de obturación e ISO.
Trucos
- La apertura, la velocidad y el ISO te permiten obtener la exposición correcta. Pero como verás en la sección 4, lo que determina en primera instancia el valor de estos parámetros no es la exposición sino la idea de foto que quieres hacer (congelar movimiento, obtener efecto seda en el agua, aumentar la profundidad de campo, capturar estrellas lo más brillantes posible, etc.).
- A partir de la idea, establece uno o dos de los parámetros (apertura, velocidad, ISO) para conseguir el efecto deseado, y luego utiliza el tercero (o los otros dos) para obtener la exposición correcta.
Llegados a este punto, lo normal sería seguir profundizando en el triángulo de exposición (sección 5) y enseñarte cómo exponer (sección 18). Pero, la fotografía no consiste sólo en saber exponer.
De hecho, me atrevo a decir que el exponer la foto es la última cosa que haces antes de hacer la foto.
Entonces, ¿qué es lo primero?
Lo primero es que seas capaz de saber cómo se hace la foto que transmite la idea que quieres expresar.
4.¡Ojo! La exposición está al servicio de tus ideas (no al revés)
¿Qué fue primero? ¿El huevo o la gallina? ¿La exposición o la idea?
Respuesta correcta: ¡La idea!
¿Qué quiero decir con esto?
Que siempre deberás elegir la apertura, la velocidad y el ISO en función de la foto que quieres hacer, del efecto que pretendes capturar, de la historia que quieres contar.
Normalmente determinarás uno o dos de los parámetros para conseguir la foto deseada y después decidirás el tercero (o los otros dos) para obtener la exposición correcta.
En definitiva, dependiendo de los valores de apertura, velocidad e ISO que utilices, no sólo vas a afectar a la exposición sino que vas a poder transmitir una idea u otra, crear un efecto u otro.
Veamos cuáles son estos efectos...
Los efectos de la apertura
La profundidad de campo
La apertura te permite controlar la profundidad de campo, o sea la parte de la escena que aparece enfocada en la fotografía.
Por un lado, si tu intención es enseñar al espectador lo que está sucediendo en una parte más amplia de la escena (aumentar la profundidad de campo), lo puedes conseguir cerrando el diafragma (reduciendo la apertura a f/8, f/11, f/16). En la sección 5 te explicaré en detalle qué son estos números f.
Para maximizar la profundidad de campo cuando utilices focales largas (70-500mm), utiliza aperturas pequeñas (f/8, f/11, f/16) y enfoca alrededor de un tercio dentro del encuadre (o de la escena) empezando por la parte inferior.
Mientras que si utilizas focales cortas (14-35mm), puedes maximizar la profundidad de campo sin tener que utilizar aperturas pequeñas. En este caso, es suficiente con enfocar a la distancia hiperfocal.
Por otro lado, si abres el diafragma (aumentando la apertura a f/1.4, f/2.8, f/4), la profundidad de campo disminuye. Con ello consigues dirigir la atención del espectador a un punto o zona concreta de la escena.

El efecto estrella
Si lo que quieres es que el Sol, la Luna o un punto de luz cualquiera (farola, faro, etc.) aparezca con forma de estrella en la foto, simplemente utiliza aperturas pequeñas (cierra el diafragma a f/8, f/11, f/16).

Capturar más estrellas
En astrofotografía, si quieres capturar el mayor número de estrellas, debes capturar la mayor cantidad de luz posible durante el tiempo de exposición. Por lo tanto, tienes que utilizar aperturas grandes (f/2.8, f/4, dependiendo de tu objetivo).

Los efectos de la velocidad de obturación
Dependiendo de la velocidad de obturación (tiempo de exposición), puedes congelar el movimiento o mostrarlo.
Congelar el movimiento
Utiliza velocidades rápidas (tiempos de exposición cortos) para congelar el movimiento de un vehículo, una persona, un animal, etc.

Estos son algunos ejemplos de velocidades que se utilizan para congelar el movimiento.
- Ave en vuelo: 1/800s - 1/2000s.
- Persona andando: mínimo 1/125s.
- Deportes (fútbol, etc.): 1/500s - 1/2000s.
- Coche a 50 km/h: 1/1000s - 1/2000s.
- Coche en carrera: 1/1000s - 1/8000s.
- Barrido vehículos rápidos: 1/250s.
- Barrido ciclistas en bici de montaña: 1/60s.
- Barrido ciclistas en bici de carretera: 1/30s.
- Barrido corredores o animales en movimiento: 1/15s.
- Evitar rastros de estrellas: utiliza la regla NPF o la regla de los 500, o utiliza la calculadora de estrellas como puntos de PhotoPills.
- Evitar rastro de Luna: 1s máximo.
Enseñar el movimiento
Utiliza velocidades lentas (tiempos de exposición largos) para enseñar al espectador el movimiento que se produce en la escena (agua, nubes, personas, vehículos, rastros de estrellas, etc.).

Aquí tienes algunos ejemplos (necesitas trípode).
- Efecto seda en una cascada: 1s.
- Efecto seda en el mar: 1s.
- Enseñar un poco de movimiento en personas, coches lentos: 1/15s.
- Agua en movimiento lento: 1/2s.
- Agua en movimiento rápido: 1/8s.
- Personas andando: 1/4s.
- Rastros de estrellas cortos: 1min - 10min.
- Rastros de estrellas largos: 30min - 4h.
Los efectos del ISO
Normalmente, una vez que has decidido los valores de la apertura y de la velocidad, utilizas el ISO para equilibrar la exposición.
Al utilizar ISOs altos (1600, 3200, 6400), el sensor amplifica digitalmente la señal de la luz captada. Esto te permite hacer fotografías que no serían posibles de otra forma, como por ejemplo de la Vía Láctea o de lluvias de estrellas.

Eso sí, ten cuidado con los niveles de ruido que produce el sensor de tu cámara ya que, cuanto mayor es el ISO, más ruido tiene la imagen.
Esto es así porque el sensor no captura más luz (no captura más información), sino que amplifica la señal de la luz capturada para intentar mostrar más detalle en la imagen. Al estirar la información llega un momento que el sensor no es capaz de reproducir la realidad y produce el efecto de ruido (o grano).
Chuleta de los efectos de la apertura, la velocidad y el ISO
Como una imagen vale más que mil palabras, aquí tienes una ficha resumen de los efectos que debes tener en cuenta al decidir los valores de la apertura, la velocidad y el ISO.

Resumiendo:
- Mayor apertura (menor número f) → Menor profundidad de campo.
- Menor apertura (mayor número f) → Mayor profundidad de campo.
- Mayor tiempo de exposición (velocidad más lenta) → Enseñar el movimiento (borroso, efecto seda).
- Menor tiempo de exposición (velocidad más rápida) → Congelar el movimiento (sin movimiento).
- Mayor ISO → Más grano (más ruido).
- Menor ISO → Menos grano (menos ruido).
Veamos ahora tres ejemplos prácticos de cómo elegir los valores de la apertura, la velocidad y el ISO para obtener la foto que quieres con la exposición adecuada.
Tres ejemplos de razonamiento fotográfico: idea + exposición
En la sección 24, tienes 30 ejemplos en los que te explico paso a paso cómo conseguí capturar la foto que buscaba con la exposición que quería.
Pero ahora me gustaría adelantarte tres de los ejemplos para que vayas viendo el razonamiento lógico que sigo al hacer mis fotografías. De esta forma empezarás a interiorizar el orden con el que voy fijando los parámetros del triángulo de exposición.
Recuerda, la idea siempre va antes que la exposición.
Retrato

La idea detrás de esta foto es que el espectador centre toda su atención en el sujeto y que lo primero que haga es fijarse en sus ojos. Lo que busco es que la mirada de la modelo y la del espectador se encuentren, que el espectador sienta que la modelo lo está mirando realmente...
Para ello he elegido un objetivo de focal fija (85mm) que es ideal para retratos tanto por su nitidez como por su luminosidad (en este modelo la apertura llega hasta f/1.8).
No obstante, en este caso no necesito una apertura tan grande. Con f/8 es más que suficiente al estar en un estudio, con una situación de luz completamente controlada. Además, al tener un fondo negro, no necesito una apertura grande para crear un bokeh (o desenfoque) en el fondo para que éste no distraiga al espectador.
Me coloco a unos 3m de la modelo y enfoco en su ojo derecho. Con estos datos y gracias a la calculadora de PhotoPills, sé que la profundidad de campo es de 0,59m.


Al usar una apertura bastante cerrada (f/8), este dato no es crítico. Pero si hubiera usado una apertura mucho mayor, f/2.8 por ejemplo, sí que hubiera necesitado saber con exactitud la profundidad de campo. Así hubiera sabido en qué posición colocar a mi sujeto en función de qué partes de su cara o cuerpo hubiera querido tener enfocadas en la toma final.
Una vez calculada la profundidad de campo y colocada la modelo, mido la luz usando el modo de medición puntual de mi cámara. Es mi favorito porque es el que me permite mayor precisión. Mido en el tono más claro de la cara de la modelo para no reventar los blancos (te explicaré más al respecto en la sección 17).
Como he seleccionado el modo de exposición Manual (M), ahora que ya he determinado mi apertura faltan por decidir el ISO y la velocidad.
Uso el ISO base de mi cámara para reducir el ruido lo más posible: ISO 100. Si quieres saber más sobre el ruido, tienes todos los detalles en la sección 5.
Por último, decido la variable que me falta, la velocidad. Para ello, sólo tengo que fijarme en el exposímetro y encontrar el valor de la velocidad para el que el exposímetro esté centrado en el cero (sección 11). En este caso, 1/160s.
Fotografía de viaje

Hacer fotos durante un viaje es la mejor forma de documentar una historia visualmente. En realidad puedes añadir más o menos ingredientes artísticos o dejar la foto como un puro documento. Consiste en ser espectador de lo que está pasando a tu alrededor.
En esta foto solamente quería captar la alegría del comienzo de una aventura por Islandia. Parte del grupo de PhotoPillers se dirigía a la iglesia de Reikiavik. Lo único que hice fue adelantarme unos metros para contar lo que estaba pasando, conservar un documento del ambiente de aquel momento.
Uno de los parámetros más importantes en este tipo de fotografía que tienes que decidir es qué distancia focal quieres utilizar y qué profundidad de campo. Estos parámetros dependen siempre de lo que quieras capturar: un paisaje, un retrato o simplemente captar la atmósfera del lugar que estás visitando.
En este caso mi idea era separar al grupo de fotógrafos del fondo, así que opté por una apertura grande y un teleobjetivo por la distancia a la que estaba de los sujetos. Usé el modo de medición ponderado en el centro, para asegurarme de medir la exposición correcta en el grupo.
Elegí una velocidad lo suficientemente rápida para congelar el movimiento. En este caso utilice el ISO en automático y la cámara lo ajustó a 100 ISO.
Fotografía de una puesta de Sol

La fotografía de paisaje es una de mis disciplinas favoritas, por no decir mi preferida. En este tipo de fotografía lo que prima es la distancia focal, el campo de visión y el encuadre. Dependiendo del encuadre escojo una distancia focal determinada.
Con la cámara en el trípode, trabajo una composición idónea. Esta composición es la que me lleva a una distancia focal determinada. En este caso buscaba un equilibrio entre las nubes iluminadas por la caída del Sol, el arco y parte de la costa, y el primer plano del detalle de las rocas y las plantas.
Una vez hecho esto, elijo mi apertura. En esta foto anterior, cerré la apertura a f/13 para reducir la velocidad, aumentar el tiempo de exposición.
Posteriormente, uso PhotoPills para calcular la distancia hiperfocal. Enfoco a esa distancia, siempre pasándome un poco (entre 0,5m y 1m) y pongo el enfoque en manual.
En cuanto al ISO, siempre intento que sea el más bajo posible para evitar que aparezca ruido en mi imagen. Aquí, ISO 100.
Ahora me falta medir la luz de la escena. Para ello, uso el modo de medición puntual, mido la zona más brillante de la escena que quiero con detalle y, teniendo en cuenta la cámara que uso, sobreexpongo dos pasos (+2EV). Te explicaré el porqué con todo detalle en la sección 17.
Sin embargo, quiero alargar un poco más el tiempo de exposición para que el efecto seda en el agua se note perfectamente. Así es que decido usar un filtro de densidad neutro (ND). Gracias a la calculadora de exposición de PhotoPills averiguo que necesito un filtro de 6 pasos (ND64) para conseguir la exposición correcta.
Por último, me encuentro ante una puesta de Sol. Por lo tanto, al haber una diferencia de luz entre el cielo y el primer plano decido usar un filtro graduado inverso de dos pasos (GND 0.6), para oscurecer más la zona del horizonte, donde está situado el Sol.
Una vez hecho esto, disparo mientras disfruto del paisaje y de la espectacular puesta de Sol.
Conclusión
En definitiva, para capturar la foto que quieres, decide primero los parámetros que te permiten conseguir el efecto deseado (apertura y/o velocidad), y luego ajusta el tercero (o los dos restantes) para obtener la exposición adecuada.
¿Sigues ahí?
¿Sí? ¡Genial!
Llega el momento de profundizar un poquito más en lo que es la clave para aprender a exponer: el triángulo de exposición y los tres elementos que lo conforman.
5.Entendiendo el triángulo de exposición

Hemos visto en las dos secciones anteriores que dispones de tres elementos para ajustar la exposición:
- La apertura (utilizando el diafragma).
- La velocidad de obturación (gracias al obturador).
- La sensibilidad del sensor (que también se llama ISO).
Estos tres elementos forman el llamado triángulo de la exposición.
Cómo funciona el triángulo de exposición
Su funcionamiento es bastante sencillo.
Incrementas la exposición utilizando aperturas grandes, velocidades lentas (tiempos de exposición largos) e ISOs altos. Por el contrario, disminuyes la exposición con aperturas pequeñas, velocidades rápidas (tiempos de exposición cortos) e ISOs bajos.
Técnicamente el ISO no afecta a la cantidad de luz captada porque el número de fotones que se capturan viene definido por la apertura y la velocidad de obturación. Lo que hace la cámara al subir la sensibilidad del sensor es amplificar la señal para obtener una imagen más brillante.
Por lo tanto, para una exposición determinada, la apertura, la velocidad y el ISO están estrechamente relacionados entre sí.
¿Qué quiere decir esto?
Imagina que estableces una configuración de apertura, velocidad e ISO que te permite obtener la fotografía que deseas correctamente expuesta.
¡Bravo! ¡Has capturado la cantidad de luz adecuada!
Ahora, si modificas uno de los parámetros que forman el triángulo, tienes que ajustar al menos uno de los otros dos para mantener la misma exposición (capturar la misma cantidad de luz).
Fíjate. Si modificas un parámetro, rompes el equilibrio del triángulo de exposición (captando una cantidad de luz mayor o menor), por lo que tienes que modificar al menos otro para que vuelva a estar equilibrado (capturar la misma luz).
Por ejemplo, imagina que has determinado la apertura, la velocidad y el ISO que te permiten congelar el movimiento de un ave en vuelo y obtener una fotografía bien expuesta.
Si decides cerrar el diafragma para aumentar la profundidad de campo (dejando entrar menos luz), y quieres que el equilibrio se mantenga (que la exposición sea la misma), tienes que cambiar uno de los otros dos parámetros (o los dos) dependiendo del efecto que quieras capturar:
- Puedes reducir la velocidad (aumentar el tiempo de exposición), para dejar que entre luz durante más tiempo. Pero si lo haces, seguramente el ave quedará borrosa. No conseguirás congelar el movimiento.
- O puedes incrementar el ISO, para mantener una velocidad rápida (tiempo de exposición corto) y así poder congelar el ave en movimiento.

En conclusión, dependiendo de qué parámetro (apertura, velocidad o ISO) modifiques para ajustar la exposición, obtienes un efecto u otro (profundidad de campo, movimiento congelado, sujeto borroso, efecto seda, etc.).
Por lo tanto, como vimos en la sección 4, la idea de foto que tienes en mente es la que te va a indicar qué parámetro ajustar.
Pero vayamos por partes.
Veamos en detalle cada uno de los elementos que forman el triángulo de exposición.
La apertura
¿Qué es la apertura?
Hemos visto en la sección 3 que puedes limitar más o menos la cantidad de luz que llega al sensor de tu cámara utilizando el diafragma de tu objetivo.
El diafragma deja abierto un orificio por el que pasa la luz hacia el sensor. Pues bien, el tamaño de ese orificio es lo que se denomina apertura.

¿Pero cómo sabes qué tamaño de apertura has seleccionado?
El número f (f/2.8, f/4, f/5.6, etc.) te indica el tamaño de la apertura seleccionada.
Normalmente se dice:
"He hecho esta fotografía a una apertura de f/8."
Pues bien, el número f te indica la relación que hay entre el diámetro del orificio del diafragma y la distancia focal seleccionados.
Más concretamente, es el resultado de dividir la distancia focal (en mm) por el diámetro de la apertura (en mm).
Así que, para una distancia focal determinada, a mayor apertura, menor será el número f, y viceversa.
Una apertura de f/2.8 es mayor que una de f/4.
¿Qué?
¡Ah! ¿Que no sabes lo que es la distancia focal?
Hagamos un inciso rápido.
La distancia focal
La distancia focal de un objetivo es la distancia que hay entre el centro óptico del objetivo (donde se sitúa la lente) y el sensor (o plano focal, donde se genera la imagen).
Se mide en milímetros y cubre un ámplio abanico de valores. Por ejemplo 14mm, 18mm, 35mm, 50mm, 70mm, 105mm, 200mm...

Al igual que la apertura y la velocidad, la distancia focal es un parámetro que tienes al servicio de tu creatividad. Te permite decidir qué parte de la escena quieres incluir en la foto (campo de visión) y cuán grande o pequeño aparece el sujeto en la foto.
Para que te hagas una idea más clara:
- A menor distancia focal, mayor campo de visión, y mayor es la parte de la escena incluida en la fotografía.
- Al contrario, cuanto mayor sea la distancia focal, menor campo de visión, y menor es el área de la escena capturada.

Así, dependiendo de la foto que quieres hacer, eliges una distancia focal u otra.
Una focal corta te permite capturar más paisaje, como sucede en esta foto tomada en Islandia con la roca dragón, el Hvítserkur.

Y a mayor focal, menor el campo de visión, permitiéndote centrar la atención en el sujeto.

Tras este breve inciso, volvamos al número f.
El número f
Como te decía, si divides la distancia focal del objetivo por la apertura del diafragma obtienes el número f de esa apertura concreta.
Veamos un ejemplo práctico. Considera una distancia focal de 50mm y calcula el número f para dos aperturas de diafragma diferentes:
- Si dejas el diafragma abierto con un orificio de 28mm de diámetro, el número f es 1.8 (50mm / 28mm = 1.8). En ese caso, la apertura seleccionada es f/1.8.
- Si cierras el diafragma, dejando un orificio de tan sólo 6,25mm de diámetro, tu número f es 8 (50mm / 6,25mm = 8) y la apertura seleccionada es f/8.
Por cierto, el número f sigue la nomenclatura anglosajona por lo que siempre se usa el punto en las decimales (f/2.8 y f/5.6). Nunca verás f/2.8 o f/5.6 con una coma.
Ay... Que te veo venir...
¡Tranquilo! No es necesario que hagas ningún cálculo.
El diafragma se configura directamente con el número f, por lo que sólo necesitas saber que:
- Cuanto menor es el valor del número f (f/1.8, f/2.8, f/4, etc.) más abierto está el diafragma y más luz dejas pasar.
- Cuanto mayor es el número f (f/8, f/11, f/16, etc.) más cerrado está el diafragma y menos luz dejas pasar.
Así, un número f/1.8 indica un orificio de diafragma bastante más grande que el de un f/8, por lo que deja pasar bastante más luz.
Recuerda que la relación es inversa, cuanto mayor es el número f, menor cantidad de luz dejas que llegue al sensor.

La escala estándar de los números f
La escala estándar de números f es:
1, 1.4, 2, 2.8, 4, 5.6, 8, 11, 16, 22, 32...

Decimos que es la escala estándar porque, al cerrar el diafragma, cada una de estas aperturas (número f) deja pasar exactamente la mitad de luz que el número f anterior.
Por ejemplo, la apertura f/2 deja pasar el doble de luz que la apertura f/2.8, pero la mitad que la apertura f/1.4.
Esto es así porque el área del orificio del diafragma por el que pasa la luz se divide por dos al cerrar la apertura de f/2 a f/2.8. Y se multiplica por dos al abrir el diafragma de f/2 a f/1.4.
Este salto, esta multiplicación (o división) por 2 del área del orificio del diafragma, es lo que se llama en fotografía un paso de luz.
Por eso, se dice que entre dos aperturas consecutivas de la escala estándar hay un paso de luz de diferencia.
Conocer la cantidad de luz que reduces o aumentas al pasar de una apertura a otra es clave a la hora de exponer tus fotografías. Esto te permite ajustar los parámetros en función de la cantidad de luz que quieres incrementar o disminuir.
En la sección 6 entro más en detalle en el concepto de paso de luz.
¿Cómo seleccionas la apertura en tu cámara?
Cada cámara es diferente. Consulta el manual de tu cámara.
En la mayoría de las cámaras, puedes cambiar el número f moviendo una rueda de control.
En mi caso, y como soy un nostálgico, cuando utilizo objetivos con anillo de diafragma manual suelo cambiar mi configuración en el menú para poder modificar la apertura usando ese anillo.
¿Qué apertura necesitas?
Como hemos visto en la sección 4, no siempre eliges el valor de la apertura en función de cuánta luz quieres captar para exponer la foto.
Normalmente, dependiendo de la fotografía que tengas en mente, hay otros factores que determinan su valor:
- Si quieres más o menos profundidad de campo.
- ¿Quieres crear el efecto estrella en los puntos de luz?
- Si buscas maximizar la luz captada durante un determinado tiempo de exposición (velocidad). Por ejemplo, en fotografía nocturna, la escasa luz rara vez te va a permitir utilizar aperturas pequeñas.
- Quieres evitar la difracción. Si no quieres perder nitidez en tus fotos, evita cerrar el diafragma todo lo que te gustaría (f/22, f/32, etc.).
La velocidad de obturación (o tiempo de exposición)
El obturador es una especie de cortina que se encuentra en el cuerpo de la cámara.
Te permite dejar pasar luz hasta el sensor durante un determinado periodo de tiempo. Se abre al pulsar el disparador de la cámara y se cierra al cabo de un periodo de tiempo que has seleccionado previamente.
¿Qué es la velocidad de obturación?
El periodo de tiempo durante el cual el obturador está abierto se denomina velocidad de obturación o tiempo de exposición, y se mide en segundos, minutos u horas.
De esta forma, cuanto más tiempo tienes abierto el obturador, más cantidad de luz llega al sensor. Y al revés, cuanto menos tiempo, menos luz llega al sensor.
La escala estándar de las velocidades de obturación
La escala estándar de pasos completos la conforma la siguiente serie (en segundos):
1, 1/2, 1/4, 1/8, 1/15, 1/30, 1/60, 1/125, 1/250...
En esta serie 1/2 es medio segundo, 1/4 es un cuarto de segundo, y así sucesivamente.
Al igual que sucede con la apertura, entre dos valores consecutivos de la escala hay un paso de luz.
Por ejemplo, disparando a 1/4s dejas pasar el doble de luz que a 1/8s, pero sólo la mitad que a 1/2s.
En otras palabras, cuando doblas el tiempo de exposición también doblas la luz que llega al sensor, incrementando la exposición (luz capturada) en un paso.
¿Cómo seleccionas la velocidad de obturación en tu cámara?
Cada cámara es diferente. Consulta el manual de tu cámara.
En la mayoría de las cámaras, puedes cambiar la velocidad de obturación moviendo una rueda de control.
¿Qué velocidad de obturación necesitas?
Dependiendo de la idea de foto que tengas, necesitas una velocidad de obturación u otra.
Del mismo modo que la apertura te ayuda a controlar la profundidad de campo, la velocidad de obturación te ayuda a controlar cómo aparece el movimiento. Puedes congelar el sujeto o dejarlo borroso y difuminado.
Por ejemplo, para congelar el movimiento no tienes más que configurar una velocidad de disparo rápida. Es decir, usar un tiempo de exposición corto.
En cambio, con una velocidad de disparo lenta (un tiempo de exposición largo), dejas borrosos los elementos que están en movimiento en la escena. O incluso puedes conseguir un efecto seda en el agua muy interesante (un río, una cascada o el mar).
En definitiva, siempre tienes que tener en mente la foto que quieres hacer, teniendo en cuenta el mensaje que quieres transmitir y la exposición que necesitas para ello.
En la sección 4 encontrarás algunos valores de referencia de velocidades de obturación que puedes usar en función del efecto deseado.
Sensibilidad (o ISO)
El tercer elemento que te ayuda a controlar la exposición es el sensor y su sensibilidad a la luz, generalmente conocida como ISO.
¿Qué es el ISO?
En realidad, la sensibilidad o ISO mide la reacción del sensor a un determinado nivel de luz en la escena.
Cuando utilizas ISOs elevados en tu cámara, el sensor amplifica digitalmente la señal de la luz captada. No captura más luz (más información) sino que amplifica la señal, produciendo una imagen más brillante. Esto da la sensación de que se ha incrementado la exposición.
Y al revés, al utilizar ISOs bajos, el sensor amplifica en menor medida la señal captada y la imagen resultante es más oscura. Esto da la sensación de que se ha disminuido la exposición.
Así es que, y vale la pena repetirlo, técnicamente el ISO no afecta a la cantidad de luz captada porque el número de fotones que se capturan viene definido por la apertura y la velocidad de obturación. Lo que hace la cámara al subir la sensibilidad del sensor es amplificar la señal para obtener una imagen más brillante.
No obstante, aunque técnicamente el ISO no afecta a la exposición, me gusta incluir el ISO como una de las variables que forman el triángulo de exposición ya que debes tenerla en cuenta a la hora de exponer tus fotografías.
Nota: Para simplificar la redacción, en adelante trataré el ISO como una variable más que afecta la exposición. No hablaré de amplificación de señal, que sería lo estríctamente correcto, sino de captura de más o menos luz.
Dependiendo de la sensibilidad a la que configuras el sensor, puedes jugar con diferentes valores de apertura y velocidad.
La escala estándar del ISO
La sensibilidad no tiene una unidad de medida.
Y como ocurre con la apertura y la velocidad, entre dos valores consecutivos de la escala estándar del ISO hay un paso de luz, se multiplica o divide por dos la luz captada.
Así, la escala estándar de pasos completos la conforma la siguiente serie:
100, 200, 400, 800, 1600, 3200, 6400, 12800, 25600...
Conforme el ISO dobla su valor, también lo hace la cantidad de luz que capta el sensor. De esta manera un ISO 400 tiene el doble de sensibilidad que un ISO 200, y el sensor capta el doble de luz.
La sensibilidad base o nominal de un sensor suele ser ISO 100 o 200, según la marca y modelo de la cámara.
Cualquier ISO superior o inferior a este valor base es una amplificación o atenuación de la señal que reciben los fotositios del sensor. Esta ampliación de señal se hace de forma digital, provocando siempre una pérdida de calidad de la imagen final.
Es como si forzaras el sensor a capturar más luz. O menos, si puedes configurarla por debajo del ISO base. Algunas cámaras, generalmente de gama alta, te permiten ISOs de 64 o 50, por ejemplo.
Por eso te recomiendo, siempre que sea posible, que selecciones el ISO base de tu cámara (el más bajo) o un ISO lo más cercano a éste.
Evidentemente, habrá situaciones en las que sólo podrás hacer la foto subiendo mucho el ISO (800, 1600, 3200 o más), como por ejemplo cuando fotografíes la Vía Láctea o rastros de estrellas.
En estos casos, utilizarás el ISO más alto que puedas. Es decir, aquel con el que tu cámara no produzca demasiado ruido.
Subir el ISO conlleva un pequeño problema: el ruido
Tal y como has leído en las secciones sobre los otros dos elementos del triángulo de exposición (la apertura y la velocidad), siempre tienes que pagar un precio cuando intentas que el sensor de tu cámara capte más luz.
Resumiendo:
- Si seleccionas una apertura grande, tienes poca profundidad de campo.
- Si usas una velocidad lenta (incrementas el tiempo de exposición), tienes más dificultad para que los elementos en movimiento de la foto salgan nítidos (congelados).
- Y ahora, si aumentas el ISO tus imágenes empiezan a tener grano o ruido, como se le denomina normalmente.
"¿Qué es exactamente el ruido Toni?"
El ruido es una especie de grano que aparece en la fotografía. Suele ser muy antiestético y puede llegar a arruinar tu foto.

Cuanto mayor es el ISO que utilizas, mayor es la cantidad de ruido que aparece en la imagen.
En realidad, el ruido es prácticamente imperceptible a simple vista con valores de ISO bajos (entre 100 y 400). Incluso ampliando muchísimo la imagen en un ordenador, te costará ver ruido. Pero a partir del umbral de ISO 400, el ruido empieza a ser cada vez más y más visible.
Aunque la escala de valores ISO está estandarizada, la cantidad de ruido que corresponde a cada uno de esos valores no lo está. Esto significa que esa cantidad de ruido depende de la calidad del sensor que tenga tu cámara.
Es más, una de las primeras cosas que debes averiguar es cuál es el ISO máximo que puedes utilizar en tu cámara manteniendo un nivel de ruido aceptable.
¿Cómo puedes luchar contra el ruido?
Una vez más, depende.
¡No me mires con esa cara! La fotografía no es una ciencia exacta.
Si estás fotografiando en exteriores, en un día claro y soleado, puedes usar un ISO bajo por lo que tus fotos serán nítidas y no tendrán ruido.
En cambio, una situación de poca luz como un bosque en un día nublado te obliga a subir el valor de la sensibilidad ISO por lo que el ruido será mayor.
En este último caso, puedes usar un trípode. Así, aunque te veas obligado a usar una velocidad lenta, puedes mantener el ISO lo más bajo posible. Pero cuidado, tu sujeto debe estar perfectamente quieto o saldrá borroso en la imagen.
¿Cómo seleccionas el ISO en tu cámara?
Cada cámara es diferente. Consulta el manual de tu cámara.
Normalmente puedes seleccionar el ISO de 3 maneras diferentes:
- Modo manual: utiliza los mandos de la cámara para seleccionar el valor del ISO que desees.
- Modo automático (Auto ISO): la cámara selecciona el valor del ISO por ti a partir de unos determinados valores de la apertura y la velocidad.
- Modo automático con intervalo (horquillado) de valores: la cámara selecciona el valor del ISO de un rango de valores fijado por ti. Por ejemplo, le puedes indicar a la cámara que elija el ISO entre el ISO base (100 o 200) y el ISO más alto que permita evitar tener demasiado ruido en la foto (800, 1600, 3200, etc.).
¿Qué ISO necesitas?
En muchas ocasiones, el ISO te permite poder utilizar la apertura o la velocidad adecuada para realizar la fotografía que tienes en mente, ya sea para conseguir una profundidad de campo concreta o congelar o difuminar el movimiento.
Si utilizas un ISO bajo, puedes utilizar aperturas más abiertas para conseguir menos profundidad de campo en un retrato, disparar a velocidades más lentas (tiempos de exposición más largos) para difuminar el movimiento o, en fotografía nocturna, para conseguir que las estrellas dejen rastros.
En la gran mayoría de los casos deberías usar un ISO bajo, fundamentalmente para evitar tener grano o ruido en la imagen.
Por ejemplo, supón que quieres hacer una foto de paisaje antes de amanecer. Estás en una situación de poca luz, por lo que podrías decidir subir el ISO para compensar esa falta de luz.
El problema es que, si tu escena tiene zonas oscuras (rocas, acantilados, cuevas o cualquier otro elemento del paisaje al que no le llegue luz), subir el ISO se traduce en un incremento de ruido en esas zonas.
Por eso, para capturar más luz en este caso concreto y, teniendo en cuenta que una parte de los elementos de tu composición están inmóviles, obtienes un mejor resultado si haces una exposición más larga.
Además, si hay agua, nubes u otros elementos naturales en movimiento en tu composición consigues un precioso efecto seda.

En cambio, el uso de un ISO alto te permite disparar durante un menor tiempo de exposición (velocidad más rápida) para fotografiar en interior sin utilizar flash o hacer una foto nocturna en la que quieras que las estrellas te queden como puntos.
Uno de los casos más claros en los que es prácticamente imprescindible usar un ISO alto es en fotografía nocturna.
Imagina que quieres captar una escena de paisaje que muestra una formación rocosa sobresaliente en el primer plano y en la composición quieres incluir la Vía Láctea.

Al hacer la foto usa la apertura más abierta (número f más pequeño) que permita tu objetivo. Con esto consigues que llegue más luz al sensor.
Además, no puedes usar una velocidad muy lenta (tiempo de exposición muy largo) porque las estrellas no aparecen como puntos sino como rastros. ¡La Tierra no deja de rotar porque estés haciendo una foto!
El tiempo de exposición máximo con el que puedes evitar los rastros se calcula con la regla NPF o la regla clásica de los 500.
Por las condiciones de luz y el tipo de foto, no tienes margen de maniobra para elegir el valor de la apertura y velocidad. Por lo tanto, ¿qué parámetro te queda para poder cuadrar la exposición?
¡Exacto! La sensibilidad.
Y en este caso concreto, no te queda más remedio que subir el ISO (1600, 3200, 6400, etc.) para que tu exposición sea adecuada.
Una reflexión sobre el ISO automático
El buen uso del ISO automático depende en gran medida de tu cámara.
Si tienes una cámara de gama baja (suelen ser las de bajo presupuesto dirigidas a fotógrafos principiantes), mi recomendación es que no utilices la función de ISO automático (Auto ISO).
Este tipo de cámaras suelen empezar a mostrar ruido a ISOs relativamente bajos, a partir de 800.
Por lo tanto, lo mejor es que mantengas el ISO lo más bajo posible y determines la exposición más adecuada para tu foto jugando con la apertura y la velocidad.
En cambio, si tienes una cámara de gama media o alta, usar la función de ISO automático es una buena opción siempre y cuando fijes un intervalo de ISO acorde con las posibilidades de tu cámara.
Vamos a suponer que a partir de ISO 1600 tu cámara genera mucho ruido y el grano es evidente en la foto. En ese caso, selecciona un rango para el ISO automático que esté entre 100 y 1600.
De esta forma, tienes más libertad para jugar con la apertura y la velocidad al determinar la exposición que quieres.
Al dejar que la cámara ajuste el ISO siempre entre 100 y 1600, mantienes el ruido bajo control.
La exposición para novatos
¿Todavía no te ha quedado claro el concepto de triángulo de exposición?
Eso tiene fácil solución.
La analogía del cubo y el grifo es perfecta para explicar cómo afectan la apertura, la velocidad y el ISO a la exposición.
"¿Cubo y grifo Toni? ¿Pero no estábamos hablando de fotografía?"
Pues sí... Pero es una gran manera de explicarlo ;)
¡Vamos allá!
Imagina que quieres llenar un cubo hasta el borde con un grifo.
Hay tres parámetros que entran en juego para conseguir este objetivo:
- Lo abierto o cerrado que tengas el grifo.
- El tiempo que dejes correr el agua.
- Y el tamaño del cubo.
Puedes variar por separado estos ajustes para conseguir diferentes combinaciones que te darán como resultado un cubo lleno.
¿A qué esto ya te empieza a sonar familiar?
Pues bien, tu cámara funciona más o menos de la misma manera:
- El agua sería la luz y, ya que estamos, la presión del agua sería su intensidad.
- Lo abierto o cerrado que tengas el grifo sería la apertura del diafragma.
- El tiempo que dejes correr el agua sería la velocidad de obturación (o tiempo de exposición).
- El tamaño del cubo equivaldría a la sensibilidad. Un cubo pequeño equivale a un ISO alto.

Digamos que una exposición correcta sería tener el cubo lleno hasta el borde.
Si no controlas bien alguno de los parámetros, puede que el cubo se llene demasiado. Eso equivaldría a tener una foto sobreexpuesta: ciertas partes de la foto salen blancas (o quemadas). ¡Sobra luz!
Por lo contrario, un cubo demasiado vacío equivale a subexponer la imagen: ciertas zonas de la imagen salen negras (o empastadas). ¡Te falta luz!
La equivalencia del ISO con el tamaño del cubo también es interesante. Un ISO alto equivale a un cubo pequeño.
Cuanto menor es el cubo menos agua necesitas para llenarlo. Del mismo modo, cuanto mayor es el ISO, menos luz necesitas para exponer correctamente la foto.
Eso quiere decir que la imagen estará bien expuesta pero con menos luz, por lo que es inevitable que aparezca ruido en la imagen, ya que realmente la cámara ha captado menos información (el cubo contiene menos agua).
En conclusión, para conseguir una exposición correcta (un cubo lleno hasta el borde) necesitas utilizar una apertura, una velocidad de obturación y un ISO adecuados.
6.El concepto de paso de luz y sus aplicaciones prácticas
Mientras te explicaba la apertura, la velocidad de obturación y el ISO, ha aparecido varias veces el concepto de paso de luz.
Pues bien, el paso de luz es un concepto básico y esencial que necesitas comprender para saber cómo exponer.
Merece la pena profundizar un poquito más en su significado y utilidad.
¿Qué es un paso de luz?
Modificar la exposición en un paso de luz significa doblar (o reducir a la mitad) la cantidad de luz capturada por el sensor al hacer una foto.
También se define como la diferencia en la exposición de una imagen cuando se captura el doble o la mitad de luz.
Quizá si te lo explico de otra manera lo entiendas mejor.
Imagina que tienes una configuración de apertura, velocidad e ISO que te da una exposición concreta. Si modificas uno de estos tres parámetros para conseguir capturar el doble de luz, has aumentado la exposición en un paso. Si en vez de conseguir el doble de luz, obtienes la mitad, la has disminuido en un paso.
¿Para qué se utilizan los pasos de luz?
El paso de luz te ayuda a exponer rápidamente tus fotos. Es una medida que te sirve de referencia conforme vayas modificando la exposición hasta que consigas la exposición que consideras correcta.
En fotografía, debes dominar totalmente la cantidad de luz que captura el sensor y, al mismo tiempo, ser capaz de relacionar esa cantidad de luz capturada con el aspecto de la fotografía que acabas de hacer (su exposición).
Por eso, es fundamental que sepas cómo varía la cantidad de luz capturada por el sensor cuando varías el valor de la apertura, la velocidad y el ISO. Así, sabrás cómo va a cambiar el aspecto de la foto en todo momento.
Fíjate en las tres fotos siguientes y en cómo cambia la exposición cuando aumentas o disminuyes en un paso la luz que captura el sensor.

En definitiva, al exponer una foto, el conocer los pasos de luz que hay entre una exposición y otra te va a facilitar mucho el trabajo.
Si la fotografía te queda subexpuesta (has capturado una cantidad de luz insuficiente), puedes incrementar la exposición en un paso de luz (doblando la cantidad de luz al abrir la apertura, incrementando el tiempo de exposición o subiendo el ISO) y ver cómo te queda la foto. Y si necesitas más luz, puedes subir otro paso, doblando otra vez la cantidad de luz capturada.
Y al revés, si la foto te queda sobreexpuesta (has capturado demasiada luz), puedes ir reduciendo la exposición paso de luz a paso de luz hasta llegar a exponer correctamente la foto.
"Vale Toni, ya sé multiplicar o dividir por dos la luz capturada pero... ¿Y si necesito más precisión al variar la exposición?"
Bueno, aquí entran en juego las diferentes escalas de luz.
La escala de pasos (ya sea de la apertura, velocidad o sensibilidad) se puede dividir aún más: en mitades de paso o en tercios de paso.
La mayoría de las cámaras te permite trabajar con la escala de tercios de paso que es la más habitual entre los fotógrafos. La gran ventaja de esta escala es que te da mucho más control al poder incrementar (o disminuir) la luz capturada de forma más precisa.
Veamos cómo son las escalas de pasos en cada una de las variables del triángulo de exposición.
La escala de pasos en la apertura
Si quieres utilizar el diafragma para incrementar la exposición en un paso de luz, elige una apertura que deje pasar el doble de luz que la que tienes fijada.
Acuérdate de la escala de pasos de luz completos para la apertura:
1, 1.4, 2, 2.8, 4, 5.6, 8, 11, 16, 22, 32...
Así es que si tienes configurada, por ejemplo, una apertura de f/8, abre el diafragma hasta una apertura de f/5.6 para doblar la luz (incrementar en un paso la luz capturada).
En cambio, si has seleccionado una apertura de f/8 y quieres disminuir la exposición en un paso de luz, fija la apertura en f/11.
¿Y si quieres modificar la exposición en una cantidad menor a un paso de luz?
Como te decía antes, si quieres hacer ajustes más precisos, la escala de pasos de luz se puede dividir en medios pasos o en tercios de pasos. Esta última opción está disponible en casi todas las cámaras de fotos y es la más habitual entre los fotógrafos.
Te dejo aquí la escala de tercios de pasos. He puesto en negrita los pasos enteros para que puedas diferenciarlos de los tercios:
1, 1.1, 1.2, 1.4, 1.6, 1.8, 2, 2.2, 2.5, 2.8, 3.2, 3.5, 4, 4.6, 5, 5.6, 6.3, 7.1, 8, 9, 10, 11, 13, 14, 16...
En este caso, cada número f deja pasar un tercio menos de luz que el número f anterior. Por ejemplo, f/2 deja pasar un tercio menos de luz que f/1.8, pero un tercio más que f/2.2.
La escala de pasos en la velocidad
Con la velocidad de obturación (tiempo de exposición) pasa igual que con la apertura.
Y por suerte para ti, es aún más fácil de utilizar.
Si tienes configurada una velocidad de 1/15s y quieres dejar pasar un paso más de luz (capturar el doble de luz), selecciona una velocidad de 1/8s (el doble de tiempo).
En cambio, para dividir por dos la luz capturada (reducir la exposición en un paso de luz), selecciona 1/30s, exactamente la mitad de tiempo que 1/15s.
Al igual que con la apertura, la escala también se puede dividir en mitades o tercios de paso. De nuevo, la escala más utilizada es la división en tercios de paso:
1, 1/1,3, 1/1,6, 1/2, 1/2,5, 1/3, 1/4, 1/5, 1/6, 1/8, 1/10, 1/13, 1/15, 1/20, 1/25, 1/30, 1/40, 1/50, 1/60, 1/80, 1/100, 1/125...
Cada una de estas velocidades deja pasar un tercio menos de luz que el anterior, pero un tercio más que el siguiente.
La escala de pasos en la sensibilidad (ISO)
Finalmente, también puedes aumentar o disminuir pasos de exposición utilizando el ISO. El cálculo es muy sencillo:
- Doblando el ISO doblas la luz capturada (incrementas la exposición en un paso).
- Reduciendo el ISO a la mitad divides por dos la luz capturada (disminuyes la exposición en un paso).
Si seleccionas un ISO 400, un paso menos es un ISO 200 (la mitad de luz). En cambio, un ISO 800 es un paso más (el doble de luz).
Y sí, lo has adivinado. La escala es divisible en mitades o tercios, siendo ésta última la más común:
100, 125, 160, 200, 250, 320, 400, 500, 640, 800, 1000, 1250, 1600...
Ahora que ya tienes claros los conceptos de paso de luz y triángulo de exposición, puedes empezar a jugar con ellos.
Veamos cómo puedes capturar la exposición con diferentes valores de apertura, velocidad de obturación e ISO. Para ello, utilizarás la ley de reciprocidad.
7.La ley de reciprocidad y ejemplos de aplicación
La ley de reciprocidad... ¡menudo nombrecito! ¿No?
Tranquilo, no te asustes.
Dicho así parece algo tremendamente complicado, pero no lo es.
A estas alturas ya sabes que la exposición se determina por la cantidad de luz (controlada por la apertura) que llega al sensor de la cámara (configurado a un ISO determinado) durante un tiempo determinado (velocidad de obturación).
Y, como vimos en la sección 4, dependiendo del valor que utilices de apertura, velocidad e ISO lograrás capturar unos efectos u otros (profundidad de campo, congelar movimiento o no, mayor o menor ruido, etc.).
Ahora es momento de aprender cómo puedes conseguir una misma exposición (capturar la misma luz) con diferentes combinaciones de apertura, velocidad e ISO.
Esto te permite variar los valores de apertura, velocidad e ISO para obtener el efecto deseado en la foto, pero manteniendo la exposición correcta.
Para conseguirlo, utiliza la llamada ley de reciprocidad.
¿Qué es la ley de reciprocidad?
Imagina que tienes una configuración de apertura, velocidad e ISO que te da la exposición correcta.
Ahora, si incrementas un paso la apertura (para que entre el doble de luz) y a su vez disminuyes un paso la velocidad (para que entre la mitad de luz), consigues la misma exposición que con tu configuración inicial.
En definitiva, capturas la misma cantidad de luz.
Esto, amigo mío, es la ley de reciprocidad:
"Si mantienes la proporción entre apertura, velocidad e ISO, obtienes la misma exposición."
¿Para qué sirve?
Una vez has conseguido una exposición correcta, la ley de reciprocidad te permite modificar la apertura, la velocidad y/o el ISO como tú quieras para conseguir el efecto deseado, pero manteniendo la misma exposición correcta. O sea, capturando la misma cantidad de luz.
¿Conseguir el efecto deseado? ¿Qué efecto?
Como vimos en la sección 4, a lo mejor te puede interesar cambiar la profundidad de campo o congelar el movimiento (o no)... Y para conseguir ese efecto en la foto, tienes que modificar la apertura, la velocidad o incluso el ISO.
Por lo tanto, para mantener la exposición, dependiendo del parámetro que modifiques, debes aplicar la ley de reciprocidad para ajustar los otros dos.
En conclusión, la ley de reciprocidad te permite modificar la apertura, velocidad y/o el ISO para conseguir la foto que buscas manteniendo la misma exposición.
Veamos un ejemplo.
Ejemplo de aplicación de la ley de reciprocidad
Imagina que estás frente a una escena que quieres fotografiar. Después de realizar unas pruebas de exposición, has conseguido la exposición correcta con los siguientes valores:
- Apertura: f/8
- Velocidad: 1/250s
- ISO: 800

Ahora, decides que quieres disminuir la profundidad de campo para separar el sujeto del fondo. Y para ello abres la apertura tres pasos (f/8 → f/2.8).
Al abrir la apertura en tres pasos de luz, capturas tres veces el doble de luz, sobreexponiendo la foto.
Pues bien, la ley de reciprocidad dice que si quieres volver a capturar la misma luz (misma exposición) debes modificar la velocidad y/o el ISO.
Supongamos que en unas condiciones de luz escasa quieres usar un ISO elevado (800 en este caso). Lo que tienes que hacer es reducir la velocidad en tres pasos (1/250s → 1/2000s), para capturar menos luz, y así compensar la exposición.

En conclusión, manteniendo el ISO a 800, y aplicando la ley de reciprocidad, puedes deducir que las siguientes combinaciones de apertura y velocidad permitirán que el sensor de tu cámara capte la misma cantidad de luz (la misma exposición):
- f/22 – 1/30s
- f/16 – 1/60s
- f/11 – 1/125s
- f/8 – 1/250s
- f/5.6 – 1/500s
- f/4 – 1/1000s
- f/2.8 – 1/2000s
En este ejemplo has utilizado pasos completos, pero la ley funciona de la misma manera si utilizas tercios de paso. Lo importante es mantener el equilibrio entre los elementos del triángulo de exposición para capturar la misma luz.
Así que obtendrás la misma exposición que las combinaciones anteriores utilizando un ISO 800, una apertura de f/7.1 y una velocidad de 1/320s.
¿Por qué?
Pues porque una apertura de f/7.1 es un tercio de paso mayor que f/8 (captura un tercio de paso de luz más). Y, al mismo tiempo, has reducido un tercio de paso la velocidad, de 1/250s a 1/320s. Así que la cantidad de luz que vas a capturar será la misma.
¿Y qué pasa con el ISO? ¿Por qué hasta ahora ha sido un parámetro que has mantenido constante?
Como ya habrás adivinado, también puedes utilizar el ISO como herramienta para mantener la exposición.
Por ejemplo, si duplicas el ISO (capturando el doble de luz), puedes compensarlo utilizando una apertura un paso menor o exponiendo durante la mitad de tiempo.
Así, aplicando la ley de reciprocidad obtienes las siguientes combinaciones equivalentes:
- f/2.8 – 1/500s – ISO 200
- f/2.8 – 1/1000s – ISO 400
- f/5.6 – 1/125s – ISO 200
- f/5.6 – 1/250s – ISO 400
- f/8 – 1/125s – ISO 400
- f/8 – 1/500s – ISO 1600
Como ves, hay multitud de combinaciones que te llevan a la misma exposición, siendo todas ellas equivalentes.
¡Pero recuerda!
Son combinaciones de apertura, velocidad e ISO equivalentes en cuanto a la luz, pero no desde el punto de vista estético (del efecto o del tipo de foto).
Sí, todas estas combinaciones te ayudarán a capturar el mismo valor de luz. Sin embargo, y como vimos en la sección 4, dependiendo del valor de los parámetros, modificas la profundidad de campo, congelar o no movimiento y la cantidad de grano (ruido) generado.
El triángulo de exposición avanzado
Ahora que ya sabes en qué afecta a la foto final la apertura (profundidad de campo), el tiempo de exposición (movimiento) y el ISO (ruido) y la relación existente entre ellos con la ley de reciprocidad (exposición), es hora de completar el triángulo de exposición:

Del triángulo anterior se deduce que:
- Al abrir el diafragma (aperturas grandes) capturas más luz, pero una menor profundidad de campo. Y al cerrar el diafragma (aperturas pequeñas), capturas menos luz, pero una mayor profundidad de campo.
- Al aumentar el tiempo de exposición (velocidad lenta), capturas más luz pero no congelas el movimiento (efecto seda o movido). Y al disminuir el tiempo de exposición (velocidad rápida) capturas menos luz y puedes congelar el movimiento.
- Al aumentar el ISO, capturas más luz pero también generas más ruido (grano) en la imagen. Y al disminuir el ISO, reduces el ruido, así como la luz capturada.
Al modificar la apertura, la velocidad y/o el ISO no sólo tienes que fijarte en la exposición, sino que también tienes que tener en mente cómo va a cambiar la foto.
Más ejemplos de aplicación de la ley de reciprocidad
Permíteme que insista.
Dos combinaciones de apertura, velocidad e ISO diferentes te pueden dar la misma exposición, pero pueden producir efectos distintos en la foto. Por lo tanto, harás fotos diferentes.
Veamos algunas situaciones prácticas en las que primero averiguas la apertura, la velocidad y el ISO que te dan una exposición correcta, para después ir variando sus valores en función de la foto que buscas.
En todos los ejemplos voy a utilizar el modo de exposición manual (sección 13) , para tener el control absoluto de la exposición.
También voy a utilizar la calculadora de exposición de PhotoPills para no tener que hacer los cálculos de la ley de reciprocidad de cabeza.
Fotografía de rastros de estrellas en una sola exposición

Si quieres hacer una fotografía de rastros de estrellas en una sola exposición (una sola foto), tendrás que utilizar velocidades lentas (10min o más) para que los rastros queden más largos y estéticos.
Pero cuando estés en tu posición de disparo, haciendo fotos de prueba hasta encontrar la exposición correcta, lo último que te interesa es esperar tanto tiempo entre una y otra.
¿Te imaginas tener que esperar 10min, 20min o incluso horas para averiguar si la foto está correctamente expuesta? ¡Sería de locos!
Necesitas un método mucho más rápido para encontrar la exposición que quieres. La solución es la ley de reciprocidad.
La idea es que vayas haciendo fotos de prueba hasta llegar a la exposición correcta. Para ello usa la apertura máxima que te permita tu objetivo, una velocidad muy rápida (un tiempo de exposición muy corto) y un ISO elevado.
Una vez que encuentres la combinación de apertura, velocidad e ISO que te dé la exposición correcta, aplica la ley de reciprocidad para ralentizar la velocidad hasta conseguir la longitud de rastros de estrellas que quieres.
Para ello tendrás que reducir el ISO o incluso cerrar un pelín la apertura.
Como sabes que los ISOs elevados producen ruido (grano) en la foto, el poder utilizar ISOs más bajos (lo más cerca posible al nominal de tu cámara) te vendrá genial para reducir este efecto tan poco estético.
Veamos cómo lo harías.
Imagina que has hecho una foto de prueba de 20s a f/2.8 e ISO 3200, y la foto te ha quedado subexpuesta. Haz una segunda foto de prueba bajando la velocidad a 30s por ejemplo.
A la inversa, si te hubiera quedado sobreexpuesta, utilizarías una velocidad más rápida (un tiempo de exposición más reducido).
La cuestión es ir modificando la velocidad hasta que la foto te quede bien expuesta.
Supón que a 30s, f/2.8 e ISO 3200 la foto de prueba ha quedado perfectamente expuesta.
Aunque depende de tu cámara, puede que al disparar a 3200 ISO tu imagen tenga algo de ruido. Pero no importa porque no vas a hacer tu foto final a ISO 3200.
Recuerda que lo que estás haciendo es una foto de prueba. La foto final la harás al ISO nominal de tu cámara, por ejemplo ISO 100. Y eso reducirá el ruido al máximo.
Por lo tanto, si quieres utilizar un ISO 100 y una apertura f/2.8... ¿Qué velocidad te permite mantener tu fotografía correctamente expuesta?
Aplica la ley de reciprocidad.
Entre ISO 3200 e ISO 100 hay 5 pasos de luz (100, 200, 400, 800, 1600 y 3200), por lo que tienes que doblar el tiempo de exposición 5 veces. Multiplicando por dos cinco veces seguidas el tiempo de exposición (30s) obtienes la nueva velocidad:
30 × 25 = 30 × 32 = 960s = 16min
Si quisieras seguir ralentizando la velocidad, podrías cerrar la apertura. Por ejemplo, cerrando la apertura un paso (de f/2.8 a f/4) podrás utilizar una velocidad de 32min (el doble).
Cuando estás en el campo fotografiando, hacer los cálculos mentalmente es un lío. Además, no te conviene equivocarte en los cálculos. ¡Sería un fastidio darte cuenta después de haber esperado 30min que has aplicado mal la ley de reciprocidad!
Como es lo más fácil y me evita errores, yo siempre utilizo la calculadora de exposición de PhotoPills.
En este caso, fija primero que la velocidad de obturación (tiempo de exposición) es el parámetro que quieres calcular.
Después, es muy sencillo: introduce los valores de apertura, velocidad e ISO de la foto de prueba correctamente expuesta. Una vez hecho esto, introduce los valores de apertura (f/2.8 o f/4) e ISO (100) que deseas utilizar en la foto final (son los ajustes equivalentes).
La calculadora te da la nueva velocidad que tienes que utilizar: 16min a f/2.8 o 32min a f/4.


Fotografía de retrato

Te presento a Aina, mi hija menor. La verdad es que le encanta hacer de modelo. No se parece en nada a su madre en este aspecto (espero que Assumpta, mi mujer, no lea esto).
Para la primera foto que hago, uso una apertura de f/5.6 para obtener mayor profundidad de campo. ¿Por qué quiero una mayor profundidad de campo? Para poder enseñar las rocas de atrás con detalle.
Fijo el ISO a 160 y la velocidad a 1/30s para que la foto quede bien expuesta. Esto lo compruebo asegurándome de que el exposímetro esté centrado en el cero.
La foto resultante no me gusta del todo, así que decido abrir el diafragma 4 pasos de luz hasta f/1.4 para reducir la profundidad de campo. Así, manteniendo el ISO a 160, la ley de reciprocidad me indica que la velocidad que debo utilizar es de 1/500s. Es decir, 4 pasos de luz menos.
Como ves en el resultado final (la foto de arriba), las rocas detrás de Aina salen muy difuminadas gracias a la poca profundidad de campo. Al mismo tiempo, la exposición es correcta porque no está ni demasiado oscura (subexpuesta) ni demasiado clara (sobreexpuesta).
Fotografía de larga exposición con filtros

Na Joanassa es una formación rocosa de forma alargada y con poca altura. Está situada muy cerca de la costa, en la isla de Menorca, España.
Es uno de los conjuntos que más me han llamado la atención en Menorca y siempre me ha resultado fascinante fotografiarlo.
Ese día el viento y la lluvia varían constantemente su intensidad. Ambos llegan a ser fuertes por momentos y eso dificulta incluso el mantener la cámara en el trípode.
Una pequeña roca en forma de cueva me permite poner a salvo la mochila con el equipo mientras espero que la lluvia remita un poco.
Sin embargo, la fuerza del viento y de las olas crean en esos momentos una atmósfera que merece la pena fotografiar. De modo que decido permanecer allí a pesar las dificultades climatológicas. En realidad, lo que quiero es una fotografía que transmita lo que está pasando en ese momento.
Busco capturar una escena dramática con el cielo y el agua rompiendo sobre las rocas. Quiero captar el movimiento de las nubes surcando el cielo y las olas azotando la piedra.
Lo primero que hago es trabajar la composición y elijo el objetivo que me permita capturar la formación rocosa en su totalidad, parte del agua en la franja inferior y mucho cielo para que se vean muchas nubes. Saco el Nikon 14-24mm f/2.8 de la mochila y lo monto en la cámara.
Ahora tengo que determinar la distancia focal. Las rocas están muy cerca de la costa, así es que me veo obligado a abrir al máximo el ángulo de visión. Selecciono 14mm, giro ligeramente la rueda y al llegar a 15mm me gusta como queda el encuadre.
Llega el momento clave, ¡los parámetros de exposición!
Tengo claro que quiero transmitir movimiento en el agua y las nubes. Para ello, necesito una velocidad lenta que me permita conseguir ese efecto seda en las nubes y en el agua.
En este caso, determino los parámetros en vistas a alargar la exposición.
Primero, fijo la apertura en f/11 para tener una gran profundidad de campo y también usar una velocidad lenta.
Después, selecciono un ISO bajo para no tener ruido: ISO 100.
Por último, me falta decidir la velocidad.
Pero, ¿cuánto tiempo necesito?
Por regla general, disparo en modo Manual (M). En la sección 13 te explicaré los diferentes modos de exposición (o de disparo). Pero por ahora, quédate con la idea de que determino la velocidad asegurándome de que el exposímetro esté centrado en el cero para que la foto esté correctamente expuesta.
Hago la foto. El tiempo de exposición que me da una foto correctamente expuesta es de 1,3s. Pero me doy cuenta de que la imagen no refleja la sensación de movimiento con la intensidad que me gustaría. Necesito que el tiempo de exposición sea aún más largo.
¿Cómo lo consigo? Utilizando un filtro de densidad neutra (ND) de 6 pasos. Este tipo de filtro permite alargar la velocidad ya que reduce la cantidad de luz que entra por el objetivo. Lo explicaré en más detalle en la sección 22.
Sin embargo, al poner este elemento delante de la cámara mi configuración ya no sirve. Hago una foto y, como era de esperar, me sale oscura (subexpuesta).
Así es que volvemos a la pregunta inicial: ¿qué velocidad necesito para que mi foto salga correctamente expuesta con el filtro que he puesto?
¡Está tirado!
Utilizo la calculadora de exposición de PhotoPills para calcular la velocidad equivalente: 1min 30s.


Para terminar, determino el balance de blancos (te hablé de ello brevemente en la sección 2). Es otro parámetro que me gusta controlar manualmente.
En este caso, al usar un filtro ND de la marca Haida, sé por experiencia que tiene una dominante fría (tiñe ligeramente la imagen de azul). Para evitar que el efecto azulado sea tan pronunciado, decido subir la temperatura de color hasta los 9000K. Como verás, la imagen queda muy fría estableciendo una atmósfera aún más tenebrosa.
8.Qué es el valor de exposición (EV) y para qué sirve
De la ley de reciprocidad has deducido que existen multitud de combinaciones de apertura, velocidad e ISO que permiten obtener una misma exposición. Dicho de otra forma, puedes capturar la misma cantidad de luz con diferentes configuraciones.
Esto me lleva a concepto de valor de exposición (en inglés exposure value o EV).
¿Qué es el valor de exposición (EV)?
El valor de exposición (EV) es simplemente un número que representa todas las combinaciones de apertura, velocidad e ISO que producen la misma exposición (capturan la misma cantidad de luz).
O lo que es lo mismo, todas las configuraciones que capturan la misma cantidad de luz (producen la misma exposición) tienen el mismo número EV.
Por ejemplo, el EV0 es la cantidad de luz que captura el sensor con un diafragma abierto a f/1 durante 1s y con un ISO de 100 (y todas las configuraciones equivalentes).
El EV aumenta en una unidad por cada paso de luz que aumentes la exposición. Y, a la inversa, baja en una unidad por cada paso de luz que disminuyas la exposición.
¿Cómo se calcula el EV?
¡Alerta matemática!
Si no te gustan las matemáticas sáltate este apartado :P
El valor de exposición (EV) se calcula con la siguiente fórmula:
EV100= log2(N2/t) - log2(ISO/100)
N es el número f, t es la velocidad en segundos y el ISO es el nivel de ISO que estés utilizando.
Por ejemplo, ¿qué EV obtienes con una combinación de f/8, 1/4s e ISO 100? For example, what EV do you get with a combination of f/8, 1/4s and ISO 100?
EV100 = log2(82/0.25) - log2(100/100) = +8
Así, podemos decir que todas las configuraciones equivalentes a f/8, 1/4s e ISO 100 corresponden a un EV de +8.
Hay una manera mucho más fácil de calcular el EV a partir de los valores de apertura, velocidad e ISO: utilizando la calculadora de exposición de PhotoPills.
Introduce los valores en la primera línea de la calculadora (ajustes de prueba) y obtendrás el EV en la tabla de resultados.
Puedes utilizar la segunda línea (ajustes equivalentes) para aplicar la ley de reciprocidad, estés usando filtros o no (aunque te hablaré más adelante de ellos, en la sección 22).


¿Para qué sirve el EV?
El EV te ayuda a reducir el "prueba y error" al exponer. Utilízalo como indicador para encontrar rápidamente los valores de apertura, velocidad de obturación e ISO.
Existen tablas, como la que incluye PhotoPills en su calculadora de exposición, que te recomiendan el valor de exposición (EV) a ISO 100 para distintas condiciones de luz.
Eso sí, considera estos valores como órdenes de magnitud o puntos de partida, no como verdades absolutas.
Por ejemplo, según la tabla que aparece en la primera captura de pantalla de abajo, para exponer correctamente un "Arcoiris con el cielo despejado" se recomienda utilizar una combinación del triángulo de exposición que te dé un EV a ISO 100 de +15.


Por lo tanto, puedes empezar a exponer buscando la combinación de apertura y velocidad que a ISO 100 te dé un EV de +15. Si pulsas sobre la fila de "Arcoiris", PhotoPills te da una combinación válida: f/8, 1/500s e ISO 100.
Si estos valores no te satisfacen, puedes calcular otros equivalentes. Selecciona el parámetro que quieres calcular, en este caso "velocidad de obturación", e introduce los valores que deseas utilizar en los "Ajustes equivalentes". En tu caso f/10 e ISO 100. La nueva velocidad es de 1/320s.


Este es tu punto de partida. Ahora, haz una foto de prueba y ajusta los parámetros en consecuencia.
Primero, comprueba que la foto tiene la exposición que deseas. En caso contrario, ajusta alguno de los parámetros hasta lograr que la foto esté bien expuesta.
Una vez hayas logrado la exposición que buscas, si la foto resultante no te satisface o no has conseguido el efecto que quieres, ajusta los valores de la apertura y/o velocidad de obturación y/o ISO aplicando la ley de reciprocidad. Puedes hacer los cálculos de cabeza (sección 7) o utilizar de nuevo la calculadora de exposición de PhotoPills.
Ajustar el EV en la cámara
Todas las cámaras réflex y cámaras sin espejo disponen de un control para compensar la exposición (±EV). Este ajuste te permite aumentar o disminuir en una serie de pasos (o fracciones de éstos) la exposición calculada por la cámara.
Por ejemplo, si seleccionas +1/3EV, la cámara sobreexpondrá en un tercio de paso tu fotografía.
Lo explicaré en profundidad en la sección 14, pero te adelanto que es una herramienta muy útil en diversas situaciones ya que te permite darle un poquito más (o menos) de luz a la imagen:
- Cuando utilizas el modo automático P (sección 13).
- Cuando utilizas los modos semiautomáticos de Prioridad a la Apertura (A o Av) o de Prioridad a la Velocidad (S o Tv) (sección 13).
- Cuando utilizas el modo de disparo Manual (M) y has seleccionado el ISO automático (recuerda configurarlo con un intervalo para que no vaya más allá del ISO a partir de que tu cámara genera mucho ruido como te expliqué en la sección 5). En cambio, si disparas totalmente en modo Manual (M), esta herramienta no te sirve para nada porque eres tú mismo quien controla la exposición. Es decir, modificas la exposición ajustando manualmente la apertura, la velocidad de obturación y el ISO.
9.El rango dinámico de la escena frente al de tu cámara
La luz se distribuye de forma desigual en la escena. Normalmente, hay zonas con más intensidad de luz y aparecen más claras. En cambio, otras zonas tienen menos intensidad de luz y aparecen más oscuras.
A la hora de exponer la fotografía, es fundamental que entiendas las diferentes intensidades de luz que aparecen en la escena.
Cuando te enfrentes a una escena, debes saber si tu cámara es capaz de capturar detalle en toda ella. Esto es, si es capaz de capturar detalle tanto en las partes más oscuras de la escena como en las más claras.
Esto me lleva al siguiente concepto fundamental para que entiendas cómo exponer: el rango dinámico.
¿Qué es el rango dinámico?
El rango dinámico se mide en pasos de luz o valores de exposición (EV) y te indica la diferencia de intensidad de luz que existe entre las sombras más oscuras y las luces más altas (o claras) de la escena.
A continuación te voy a explicar por qué tienes que diferenciar entre el rango dinámico de la escena que quieres fotografiar y el rango dinámico que tu cámara es capaz de capturar.
Cuando la cámara no es capaz de capturar en una sola exposición y con suficiente detalle las zonas más oscuras y las más claras, se dice que el rango dinámico de la escena a la que te enfrentas supera al de la cámara.
En la sección 22 y en la sección 23 te voy a dar varias soluciones para que puedas exponer este tipo de escenas de alto contraste.
Pero antes, vamos a profundizar en el concepto de rango dinámico de la escena.
El rango dinámico de la escena
¿Qué es?
El rango dinámico de la escena no es más que la diferencia de luminosidad existente en el entorno que pretendes fotografiar. Este rango depende de cómo se distribuye la luz en ella y se mide en pasos de luz o en valores de exposición (EV).
¿Cómo se calcula?
Seguro que lo entiendes mejor con un ejemplo. Fíjate en la siguiente foto.

Vamos a calcular el rango dinámico de la escena. Es decir, el número de pasos de luz que hay entre las luces y las sombras.
Si mides con la cámara la luz (sección 12) de las luces más brillantes, obtienes una combinación de apertura, velocidad e ISO para exponer correctamente estas luces (con el exposímetro centrado en el cero).
Gracias a estos tres valores puedes obtener un valor de exposición o EV.
"¿Medir la luz? ¿Y eso cómo se hace Toni?"
Lo entenderás perfectamente cuando te explique los diferentes modos de medición de la luz (sección 12) y de exposición (sección 13) que te permite la cámara.
Ahora sólo quiero que te quedes con la idea de que debes seleccionar el modo de exposición de Prioridad a la Apertura (A o Av), de Prioridad a la Velocidad de obturación o Tiempo de exposición (S o Tv) o Manual (M) (sección 13). Cualquiera de ellos te sirve.
Una vez hecho esto, selecciona el modo de medición de luz puntual (sección 12). Este modo te permite medir con precisión la luz donde tú quieras.
En el caso de la siguiente foto, para exponer correctamente las luces necesitas disparar a f/8, 1/160s e ISO 400.

En la sección 8 aprendiste que cualquier combinación de los tres parámetros que dé la misma exposición se puede representar como un valor de exposición o EV. En este caso concreto, las luces tienen un valor de +11 1/3 EV.
Puedes averiguar el EV gracias a la calculadora de exposición de PhotoPills. Simplemente introduce los valores del triángulo de exposición y el EV aparecerá en la tabla de resultados inferior.


Repite el mismo proceso para las sombras más oscuras, y obtendrás otra combinación de apertura, velocidad e ISO. Y por lo tanto, otro EV. Según la segunda captura de PhotoPills anterior obtienes un -3 2/3 EV.

Una vez que tienes ambos valores de exposición, resta el de las sombras al de las altas luces.
11 1/3 - (-3 2/3) = +15 EV
Por lo tanto, en este caso el rango dinámico de esta escena es de +15 EV.
¿Y esto qué significa?
¿Qué significa que el rango dinámico de la escena sea de +15 EV?
Pues, sencillamente, que entre la configuración necesaria para exponer correctamente las sombras y aquella para exponer correctamente las altas luces hay una diferencia de 15 pasos de luz. Y si quieres capturar detalle en ambas zonas (sombras y luces) necesitas una cámara capaz de capturar con éxito estos 15 pasos de luz.
Como mi cámara tiene un rango dinámico de unos 10 pasos de luz más o menos, no puede capturar todo el rango dinámico de la escena, así que me decidí por una silueta.

Estaba componiendo la escena en esta cueva cuando, de pronto, apareció Joanma en el encuadre. "¡Quieto parado!" le dije. Su silueta me daba una oportunidad para realizar una fotografía de puesta de Sol diferente y poder romper con su silueta el gran espacio negativo producido por la zona en sombra.
No tuve que tocar ningún ajuste ya que iba a fotografiar el mismo encuadre, pero midiendo en la zona de las luces para resaltar los colores de la inminente puesta de Sol.
En definitiva, dependiendo del lugar y del momento del día (o de la noche) en que estés haciendo fotos, te encontrarás con escenas de distinto rango dinámico. Y debes aprender a exponerlas con éxito.
Algunas escenas tienen un gran rango dinámico, con sombras muy oscuras y luces muy altas. Como por ejemplo:
- Escenas de paisaje durante las horas de luz dura del día (alrededor del mediodía).
- O cuando incluyes una fuente de luz como el Sol en el encuadre. En este caso puedes hacer siluetas a contraluz.

En cambio, otras escenas tienen un rango dinámico menor como, por ejemplo, un paisaje durante la hora dorada o la hora azul. Éstos son dos momentos el día en que se puede fotografiar por ejemplo, el paisaje y la Luna en una sola exposición. Y todo gracias al bajo rango dinámico de la escena.

El rango dinámico de la cámara
Es momento de combinar el rango dinámico de la escena con el rango dinámico que tu cámara es capaz de capturar. Necesitas entender ambos para exponer.
¿Qué es el rango dinámico de la cámara?
¿Recuerdas cuándo te explicaba que el sensor de tu cámara es mucho menos preciso y eficiente que tus ojos?
Desgraciadamente, el sensor de cualquier cámara digital sólo es capaz de capturar una cierta cantidad de rango dinámico en una sola exposición (una sola foto). Actualmente, ese rango se sitúa entre 8 y 14-15 pasos dependiendo del sensor.
¿Y eso qué implica?
Pues que mientras la diferencia de intensidad entre las luces más altas de la escena y las sombras quepa dentro del rango dinámico de tu cámara, serás capaz de capturar todo el detalle de la escena en una sola toma. No tendrás zonas sobreexpuestas ni subexpuestas en la foto.
¿Qué pasa cuando el rango dinámico de la escena supera al de la cámara?
Si el rango dinámico de la escena supera al de tu cámara, tendrás que recurrir a múltiples exposiciones o a la utilización de filtros. En la sección 22 y en la sección 23 veremos en detalle cómo exponer cuando te enfrentes a situaciones de alto rango dinámico.
Una vez más, veamos un ejemplo. Imagínate que quieres fotografiar una escena que tiene un rango dinámico de 8 pasos (o EV). Si tu cámara tiene un rango dinámico de 10 o más pasos, puedes capturar la escena sin problemas en una sola foto.
¿Pero qué pasa si el rango dinámico de la escena sobrepasa el de tu cámara?
En este caso, la cámara sobreexpone las zonas más claras o subexpone las más oscuras. La cuestión es que tendrás que elegir entre:
- Sobreexponer unas zonas, perdiendo información en las altas luces.
- Subexponer otras zonas, perdiendo información en las sombras.
- Hacer un horquillado o multi-exposición. Es decir, hacer dos o más fotografías para cubrir todo el rango dinámico de la escena y fusionarlas luego en la edición.
- Hacer un horquillado directamente en cámara. La cámara hace un cierto número de fotografías para cubrir el rango dinámico de la escena y las fusiona mostrándote la foto final.
- Utilizar filtros, aunque esto es un nivel más avanzado. Veremos los filtros en detalle en la sección 23.
Otra opción es buscar las horas del día en que la luz sea suave y con un rango dinámico más reducido. Me refiero a la hora dorada o la hora azul, que son momentos fantásticos para cualquier tipo de fotografía (paisaje, Luna, urbana, retrato, de calle...).
La última opción es el utilizar una cámara capaz de capturar un gran rango dinámico, que te permite registrar simultáneamente el detalle en zonas de la escena muy oscuras y en otras más iluminadas. Me refiero a las cámaras de alto rango dinámico.
¿Cómo sabes si el rango dinámico de escena supera al de la cámara?
Supongo que después de esta sección te estarás preguntando:
"¿Y cómo puedo saber yo si el rango dinámico de la escena "cabe" en el de mi cámara?"
Pues muy fácil, sólo tienes que consultar el histograma. :P
Sigue leyendo.
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